Axavel © [Versión Borrador]

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Me puse los audífonos y caminé por la calle principal. Había pasado una semana desde que llegamos, los muebles ya estaban en la casa y descartando el ático, todo ya estaba completamente impecable. Mamá había socializado con algunas personas y me había inscrito a una escuela que era a donde ahora me dirigía. Pasé por la misma cafetería, pedí un chocolate caliente y seguí caminando.

Había escuchado algunas cosas sobre el pueblo, entre ellas: Que solo había una escuela y la misma se dividía entre las secciones de cada grado, prescolar, primaria, prepa, universidad... No imaginaba la cantidad de espacio que ésta tenía porque a pesar de ser un pueblo con poca población, veía a niños y adolescentes por todas partes.

Cuando llegué a la escuela evité hacer contacto visual con nadie, si bien mi madre me había dicho que intentara hacer amigos, no quería. No quería hacer amistades, daba por hecho que solo estaríamos unos pocos meses aquí así que no pensaba acostumbrarme a nada. Todo sería temporal.

Bajé la vista hacia una pequeña mariposa monarca y decidí que llegando a casa la pintaría en mi pared.

Entré a la escuela y nada me pareció tan fascinante como para describirlo. Unos pasillos con casilleros, algunas puertas y letreros con algunas letras que marcaban los grupos. Recuerdo a mi madre diciendo algo de un grupo y camino hacia el salón que, se supone, es el mío.

Elijo un asiento entre los últimos y cerca de la ventana, dejo mi mochila en el piso y saco mi libreta, le cambio la canción que se reproduce en mi teléfono y entro a mis notificaciones. Ningún mensaje, ninguna llamada. Genial.

Suelto un suspiro y dejo caer mi cabeza en la mesa, cierro los ojos y los mantengo así, las clases no empezarían hasta dentro de unos minutos y por primera vez en un mes, me había levantado temprano, todavía seguía media adormecida y los ojos me pesaban.

No los abrí hasta que sentí como alguien se sentaba a mi lado. Por instinto me enderece y preparé para comenzar una discusión verbal sobre el espacio personal. Por supuesto solo pude mantener mi boca abierta en shock.

─¿Deva?

─Hey, buenos días.

─¿Qué...? ¿Tú estudias aquí?

Ella me miró con su ceño fruncido.

─Teniendo en cuenta que es la única escuela en todo este pueblo de porquería... Sí.

─¿Y por qué...? Es decir; ¿Por qué te sentaste conmigo?

─¿Te molesta?

─Oh, no, no, solo que no esperaba...

─Ya nos conocemos, y pareces la única persona decente en éste lugar, no me pareció mala idea socializar contigo ─sonrió a medias─.

─Ya veo... ─me quité los audífonos y tragué. No esperaba encontrarla acá.