El Arte de las Palabras

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Me encontraba sentado en la barra de la cocina observando con diversión como Phuwin iba de un lado a otro buscando los ingredientes para la comida mientras cantaba, admito que yo era su mayor admirador, su voz melodiosa levantaba los ánimos cuando andaba decaído, y hoy era uno de esos días, por eso le hacía compañía en lo que trabaja.

- Be useful (Se útil) – me dijo dándome una tabla de picar y unas cuantas zanahorias para después seguir el marinando la carne

Encogiéndome de hombros comencé a hacer lo que me pidió, ese era el riesgo de entrar en el territorio del Chef Tangsakyuen, o mejor conocido por todos nosotros como Phuwin, si querías estar en la cocina tenías que ayudar en algo o lo mejor era salir a toda prisa de ahí antes de que te arrojara un sartén por andar de metiche.

- Something happen? (¿Sucedió algo?) – Ufff como odiaba que fuera tan perceptivo, yo solo me encogí de hombros y continúe con mi tarea - ¡Come on, tell me! (¡Vamos, dime!)

Infle las mejillas en claro berrinche, no tenía ganas de que me molestaran, si lo quisiera me hubiera quedado al lado de mis hermanos, de P Puimek o Love, sin embargo, al parecer mi humor andaba mal para que Win me interrogara, normalmente él no se inmiscuía en los asuntos de los demás, claro a excepción de cuando lo cree conveniente

- ¡Winie hoy tendremos un invitado! – exclamo emocionada mi hermanita, asomándose por las puertas corredizas que daban al patio exterior y sin esperar a que le cuestionáramos sobre quien se trataba, se fue tan rápido como llego.

Phuwin me miro con la ceja arqueada, así que yo solo negué con la cabeza y le dije que nadie me había informado de que tendríamos visitas y que si Ciize andaba tan contenta tenía que ser algún amigo de ella, el rodo los ojos y maldijo por lo bajo en lo que iba hacia la alacena a buscar otro plato y cubiertos para nuestro invitado.

- ¿Cuál es el alboroto? – pregunto Khaotung por la entrada principal que conectaba a al comedor y a la sala de entretenimiento, se encaminó hacia la barra y del frutero agarro una manzana.

Le conté rápidamente lo que sucedía y en un abrir y cerrar de ojos se había marchado detrás de nuestra hermana, yo me solté riendo, a pesar de que yo era el mayor jamás experimentaba celos cunado algún chico se acercaba a Ciize o cuando alguna chica se interesaba en Khaotung, pero el sí solía tomarse muy a pecho su papel del hermano protector y se encargaba de que nadie indigno le pidiera una cita a nuestra bebe.

Yo no era el único que encontraba divertida la situación, Phuwin también reía y hasta, para mi gran alivio, me quito la tabla de picar con las zanahorias porque decidió que yo no era el mejor asistente que podía tener y se puso a cortarlas de tal manera que me dio miedo que pudiera rebanarse los dedos.

- N-no es necesario... - aquella voz me hizo estremecer, abruptamente me puse de pie y tiré el banco, en el que había estado sentado, que hizo un fuerte sonido al estrellarse contra el piso.

Phuwin me miro confundido por mi brusco movimiento, sin embargo, yo seguía escuchando como Ciize y Khaotung trataban de convencer a Mix de que no era ninguna molestia el que se quedara a cenar con nosotros que, por el contrario, seria lo menos que podíamos hacer por agradecerle que hubiera venido tan lejos y no sería correcto de nuestra parte mandarlo con el estómago vacío.

No sé ni cómo fui capaz, pero logre escaparme antes de que pudiera verlo, por dios, sentía el estómago hecho un nudo, respiraba agitadamente en lo que pensaba en donde podía esconderme sin que ninguno de los demás me encontraran, lo creía imposible, todos conocíamos a la perfección cada rincón de la casa y lo único que haría era retrasar lo inevitable.

Me dirigía hacia mi habitación cuando caí en la cuenta de que ese sería el primer lugar en donde me buscarían, gire hacia el pasillo de la izquierda rumbo a mi despacho, no obstante, me detuve antes de llegar, porque ese sería el segundo lugar donde tratarían de localizarme, me mordí el labio con ansiedad porque escuche los pasos de alguien acercándose.