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Pond estaba verdaderamente feliz, agradecía a los cielos que los familiares de Phuwin le hayan dado la oportunidad de quedarse a solas con él, algo que creyó sería muy difícil, dado que eran completos desconocidos, algo que espera cambiar pronto, no sabía muy bien porque era, pero se sentía muy conectado con el menor y le gustaba esa sensación, de hecho, anhelaba que se profundizara aún más.

- ¿Tienes hambre? – le pregunto una vez que el menor entro al camerino, aun no podían irse porque corrían el riesgo de ser visto por sus fans.

Phuwin frunció el ceño, ¿tenía hambre?, no estaba del todo seguro, ese tipo de cosas no le interesaban, solía comer cuando todos los demás lo hacían, así que nunca se habia puesto a pensar que él tendría que aprender a distinguir cuando era necesario comer sin que los demás lo acompañaran, algo más que anotar en su lista de futuros aprendizajes

Supongo que después de todo el ejercicio que hizo en el escenario, es normal que tenga hambre….

- Un poco – respondió, no sin recordarse a sí mismo que debía sonreír – Apuesto a que tienes hambre, ¿cierto?

Pond se le quedo mirando, no podía decir que era, pero ahora que toda su atención estaba en la persona frente a él podía darse cuenta de que las expresiones carecían de emoción sincera, era como si todo lo estuviera fingiendo, se mordió el labio inferior ante tal pensamiento, de hecho, le deprimía pensar que el otro solo le estaba siguiendo el juego con tal de no ser grosero por ser un P.

- ¿Sucede algo, P Pond? – pregunto Phuwin al percatarse de que el mayor tenía la mirada puesta en el suelo, y por lo que le habían enseñado, eso solo significaba que la persona estaba metida en sus pensamientos y estos debían ser malos o vergonzosos

Pond levanto rápidamente la cabeza, la manera en la que Phuwin había dicho su nombre le hizo ruborizarse, era tonto y lo sabía, no es como si le hubiera dicho de alguna manera cariñosa, sin embargo, el estar acostumbrado a que todos le llamaran sin honoríficos todos los días, hacia que de alguna manera el que el menor lo usara, le pareció especial.

- Dilo de nuevo – pidió sin pensarlo, sus ojos se abrieron más de lo normal al darse cuenta de lo que habia dicho, y estaba a punto de retratarse cuando Phuwin lo interrumpió.

- ¿Decir qué? ¿Sucede algo? O ¿P Pond? O ¿P? – dijo Phuwin parpadeando varias veces porque no comprendía que estaba sucediendo, quizás habia sido mala idea no haber venido con alguno de los otros para que le digiera que hacer, aunque también tenía que acostumbrarse a tratar con las personas sin ayuda de los demás - ¿P?

Pond no creía que fuera posible para Phuwin ser más hermoso de lo que ya era, pero en esos instantes lo estaba haciendo, era demasiado arriesgado asegurar que lo que sentía por el menor era amor, sin embargo, no podía evitarlo, algo que Win no podía ocultar, aunque quisiera era su aura de inocencia, era como si aún estuviera conociendo el mundo, y el quería ser quien se lo mostrara.

- ¿Tu nombre verdadero es Phuwin? – le pregunto extendiendo su mano para que el otro le diera la suya, Phuwin lo hizo sin dudar – Me gustaria saber algo más de ti, que solo tu nombre o apodo, ¿sería una intromisión preguntar por ti?

Phuwin sintió una oleada de calor recorrer su cuerpo, no sabía muy bien que estaba pasando con su cuerpo, era como si algo se hubiera apoderado de él, y que decir de su estómago, sentía como si algo se moviera dentro, y no podía dejar de mirar su pequeña mano sobre la grande y fuerte del otro.

- ¿Phuwin? – al oír su nombre levanto rápidamente la cabeza y se encontró con la enorme sonrisa de Pond, ahora el calor se estaba apoderando de sus mejillas - ¿Te he puesto nervioso? – dijo el mayor mientras le acariciaba la mejilla con los nudillos de su mano libre

El Arte de las PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora