02

1.7K 221 59
                                    

Evadir era todo lo que había aprendido a hacer durante esas semanas. Fácilmente se convirtió en un experto.

No ignoraba a Jungkook. Hacerlo era como prescindir de sus propias piernas o brazos. Estaban tan unidos, y hacían cada cosa juntos que le hubiera lastimado todavía más no pasar el tiempo con él.

Pero de lo que escapaba realmente era de otra cosa. Era la invitación que lo obligaría a conocer al único ser humano en la tierra que más envidiaba. En el momento en que Jungkook abría la boca y parecía estar a punto de decir las palabras más temidas por Jimin, éste ya no estaba en la habitación, habiendo buscado una excusa para huir. Funcionaba por ahora.

Sólo que debía sonreír ante cada cosa nueva que Jungkook tuviera que decir sobre Minying. Siendo su mejor amigo, él era quien debía escucharlo divagar sobre la persona que le interesaba.

Resultó que Yie Minying compartía en total tres materias con él, y se conocieron al tener que formar un grupo para un trabajo de investigación. Al principio, cada uno estaba interesado sólo en el proyecto, pero conforme pasó el tiempo, se dieron cuenta de que era agradable la compañía del otro. Yie fue el primero en dar el paso e invitar a Jeon a salir.

Jungkook le mostró una foto también. Era un muchacho lindo, por decir poco. Tenía un rostro pequeño y rasgos suaves, y sus cejas rectas completaban ese aspecto angelical. Su cabello castaño sedoso caía con gracia a sus costados, y por su ropa daba la impresión de que estaba modelando para una revista. Jimin no se hubiera sorprendido de que efectivamente fuera un modelo.

Y aunque quiso apartar sus ojos de la foto, no pudo impedir que su mente siguiera absorbiendo los detalles y preguntándose ¿este era el tipo de Jungkook? Jimin, una vez más, cayó en el error de compararse. Buscando las respuestas que siempre dolieron en su interior, ¿su cara no era lo suficientemente ovalada y pequeña? ¿Sus labios gruesos eran demasiados grotescos? ¿Qué parte de él era lo que impedía que Jungkook lo mirara con otros ojos?

Si alguna parte física fuera diferente, ¿Jungkook le prestaría atención?

Era como caminar al lado de una represa gigante, a punto de explotar y verter todo el contenido sobre él, ahogándolo con dudas y pesares. Trataba de que eso no sucediera diciéndose lo único que podía calmarlo. Jungkook no quería aún a esa persona, sólo habían sido algunas citas más durante tres meses. Y, tan egoísta como sonaba, Jimin internamente esperaba que las cosas entre Jeon y Yie no llegaran a ninguna parte.

Sólo que la realidad no funcionaba así.

La represa terminó por agrietarse ese mismo día.

—Hola. —una voz lo saludó a sus espaldas.

Él se dio la vuelta, encontrándose con Jungkook. Estaba vestido con un suéter gris oscuro con cuello de tortuga y  unos jeans negros ceñidos a sus piernas. Los ojos de Jimin inevitablemente pararon un segundo en su pecho.

—Hola. —Jimin sonrió, terminando de anotar un pedido en la libreta. Había sido un día ajetreado, y por alguna razón los clientes habían menguado para ese horario. Acomodó su cabello rubio y regresó la gorra a su lugar. Se apoyó en el mostrador— ¿Vienes a buscar lo de siempre?

Jungkook solía ir a su trabajo de medio tiempo en la cafetería con frecuencia. Sobretodo por la buena ubicación cerca del campus y porque Jimin le había engañado diciéndole que el dueño le permitía a los empleados hacer descuentos a un amigo. Pero la verdad era que Jimin descontaba parte de su sueldo sólo para poder ver el semblante feliz del pelinegro al comer su tarta preferida.

—No, yo... eh, en realidad, estoy teniendo una cita esta noche. —Jungkook se rascó la nuca, presionando los labios en una mueca.

La sonrisa de Jimin se agrietó en los bordes. No permitió que cayera, para que Jungkook no sospechara de su cambio de ánimo. Carraspeó, jugando nerviosamente con el bolígrafo en su mano.

Can I be him?  *Kookmin*Where stories live. Discover now