A. D. D

Capítulo Ochenta y siete

Lu Xiangnan se acercó a la mesilla de noche y cogió uno de los Marlboro de Xia Tingwan, lo encendió y luego dijo con calma: "No te estoy haciendo pasar un mal rato, sé que tu relación aún se está recuperando. Pero tú y yo somos actores vivenciales: entiendes que no nos basamos totalmente en la técnica para interpretar, sino que extraemos el suficiente sustento de nuestras propias y limitadas experiencias vitales para expresar las emociones de nuestros personajes."

-"Tú y Su Yan no han tenido intimidad desde hace meses, y ojo, no digo que tenga que ser la penetración como forma de hacer el amor; de hecho, la intimidad y las caricias están bien siempre que sean amorosas. La situación ahora es que usted no está familiarizado con el tipo más instintivo de la señal entre dos carnes que entran y salen, y eso afectará a su expresividad en este tipo de escenas, así que... tendrá que pensarlo usted mismo y ver qué hacer. Xu Zhe también vuelve en unas semanas, así que espero que para entonces se te ocurra algo diferente".

-"De acuerdo", Xia Tingwan bajó la cabeza y susurró: "Gracias, hermano mayor".

Xia Tingwan sabía que lo que decía Lu Xiangnan estaba bien.

Lu Xiangnan había estado con Xu Zhe durante más de diez años, y su comprensión tanto de los personajes como del guión estaba realmente infinitamente cerca del propio Xu Zhe.

El hecho es que también podía sentir vagamente que su comprensión de la escena de Gu Fei era realmente incompetente, pero era un poco vergonzoso admitir que no había tenido una vida sexual durante medio año, incluso hasta el punto de carecer de un sentido de deseo carnal.

Cuando Lu Xiangnan no está hablando del drama, se relaja como un gato, tumbado en el sofá del salón viendo programas de variedades con Xia Tingwan.

Su Yan estaba ocupada trabajando en el piso de arriba, mientras la tía Rong y los demás preparaban la parrilla en el patio.

Mientras el sol se hundía perezosamente, el tiempo en la habitación parecía moverse un poco más lento de lo habitual.

Cuando la cena estaba a punto de comenzar, Ji Zhan finalmente llegó.

Llevaba su característico chaleco blanco ajustado a finales de otoño, con una elegante chaqueta verde militar encima, y una ristra de gargantillas negras con cabeza de leopardo alrededor del cuello, que añadían una misteriosa sensualidad a sus severas facciones.

Ji Zhan se alegró de ver a Xia Tingwan en el patio de la residencia de los Su, agitó la mano y, justo cuando se acercó, tocó con curiosidad unos momentos al azar la silla de ruedas de Xia Tingwan.

-"¡Oye...!" Xia Tingwan fue sorprendida con la guardia baja, y su silla de ruedas giró por las presiones desordenadas de Ji Zhan.

-"Jajajaja", Ji Zhan se rió de mala manera, "De dónde sacaste ese paseo de alta tecnología, yo también quiero tenerlo".

Xia Tingwan miró su expresión de triunfo, se enfadó y quiso reírse.

De hecho, cuando conoció a Ji Zhan por primera vez, pensó en lo genial que era este hombre, pero después de familiarizarse con él, se dio cuenta de que sólo era un niño grande muy ingenuo y directo.

-"Todos están aquí, vamos a comer".

En ese momento, Lu Xiangnan también salió del porche al patio.

Estiró la espalda y el diseño de Peppa pig en su pecho se agitó con su movimiento.

Cuando Ji Zhan giró la cabeza y vio que era Lu Xiangnan, su cara sorprendentemente se puso un poco roja: "Lu, Sr. Lu... Hola".