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𝓔𝓻𝓪𝓼𝓮 𝓾𝓷𝓪 𝓿𝓮𝔃...Todos alguna vez en la vida hemos conocido a alguien por internet y bueno, el 90% de estás personas no llegan a conocer a la persona que se encuentra detrás de esta pantalla, talvez su amistad se acaba o simplemente están a miles de kilómetros o como la gente dice al otro lado del mundo, sin embargo Karen si llego a conocer al chico que solo con unas sucias palabras hacía que se mojara y su zona baja palpitara...
Una chica más en el mundo, Karen, la mayor en la familia, con una extraña adicción al internet, solo que está adicción tenía nombre y edad: Jean Carlo 22 años.... Había conocido a Jean por una clase en línea, si la inglés, me había metido en una sala que no era y ahí lo conocí, se me había hecho tan atractivo, esos sexys labios de seda con el piersing negro que los hacía tan atractivos y deseosos, después de esa clase empezamos hablar por instagram hasta que llegó a mis contactos, nuestra amistad era un tanto rara saben, había conversaciónes un poco comprometedoras, al igual que fotos, hasta que todo llegó a un punto en el que ambos ya no nos pudimos ver cómo amigos, sus videos masturbándose me ponían tan lujuriosa que era imposible no querer tenerlo en mi cama, explorando cada zona de mi cuerpo.
Por el webcam nos veíamos, veíamos lo que nos provocavamos más de un jodido orgasmo, más que una puta erección, lo peor era que todo era absurdo, ambos nos tocábamos pensando en esa persona detrás del teléfono como si estuviera en persona, lo admitamos porque lo hacíamos frente a esa persona sin embargo no éramos capaces de vernos, nunca se me iba olvidar el día que me noquie y lo conocí. Aunque no lo podía tocar deseaba tener su linda polla entre mis manos, lamerla y hacer un magnífico recorrido con mis manos sobre ella, sin embargo soñaba mucho.
—Ya voy a Chicago— Indago por detrás del móvil.
—¿Que?— Titubee.
—Ya voy en el avión no hay vuelta atrás llegó en dos horas, pásame tu ubicación...— Colgó.
Me quedé perpleja pero de inmediato me levanté, arregle mi alcoba y después me metí a dame una ducha sin antes compartirle mi ubicación.
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La rara obsecion que tenía por el sigue, antes de vestirme veo el último video suyo que me mandó moviendo su mano rápidamente sobre su pene asiendose una magnífica masturbación, mi coño pide a gritos que me toque, sin embargo no lo hago, está a unos minutos de llegar y no quiero que llegue y me encuentre en pleno acto conmigo misma, eligo algo casual pero sexy y solo me queda esperar al chico que había conocido por un simple error.
El timbre resuena en el apartamento y corro a la puerta, antes de llegar me veo en el espejo, me veo bien, abro la puerta y me quedo sorprendida es altísimo, sus ojos divagan por cada parte de mi cuerpo como yo lo hago con el suyo, me parece aún más atractivo que en los videos y fotos, no dice nada y pasa, coloca su maleta azul rey a un costado de la puerta y l cierra, me congelo completamente hasta que rompe el espeso silencio, su voz por primera vez sin ser pixelada penetro mis oídos.
