Antes de leer:: Este relato esta un tanto relacionado con la religión católica, no es ninguna falta de respeto ante ello, solo una fantasía mas, espero y sea de su agradó si no es así, sera borrado. Disfrútenlo!
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𝓔𝓻𝓪𝓼𝓮 𝓾𝓷𝓪 𝓿𝓮𝔃... Laila, era una loca sexual, pero mantenia su locura sexual en la alcoba de su novio, donde siempre había reencuentros sexuales de los que solo el y ella sabían, pues su familia era muy 'recerbada' y creían en el tipico mito de llegar virgen al altar, ellos creían en el noviazgo inocente de su hija, sin embargo aveces la adrenalina hace momentos unicos.
Como todos los domingos acompañaba a mis papás a misa, sin embargo esta vez sería diferente pues mi novio nos acompañaría, no se el como hise que el lo hisiera y el como hise que mis papás aceptarán, pero siempre hay una primera vez para todo...
—¿Lista cariño?— Escuche su voz junto con el crujido de la puerta de mi alcoba al abrirse.
—...Si— Hable pasandome por ultima vez el cepillo por el cabello.
—Que linda...— Coloco sus brazos alrrededor de mi cintura y puso su menton sobre mi hombro.
—...Te amo— Susurre sobre sus labios a nada de besarnos.
—¡¡Laila ya estas lista!!— El grito de mi mamá hizo que los dos nos separaramos de inmediato como si fueramos dos adolescentes.
. . .
Cuando llegamos a la catedral, ya estaba llena, mis papás se fueron hacia adelante para buscar un lugar donde pudieran acoplarse, sin embargo yo me quede en la parte de atras junto con Jean, justo en la puerta del confesionario, donde el padre y una persona se metian y la persona le confesaba hasta sus pecados más obscuros. Justo ahora no estaba en servicio.
Jean se recargo en la pared y yo me puse delante de el, la misa empezó y todo estaba aparentemente normal. Hasta que senti como la mano de mi novio se escabullo por debajo del vestido y empezó a apretar mi muslo con fuerza. Quise jadear y cuando lo hise intente quitar su mano, sin embargo sus dedos ya jugaban con el elastico de las bragas.
—...Se me antoja tanto follarte— Susurró para los dos.
—...Amor— Intente quitar su mano.
—Shhh— Me calló.
Siguió apretando mi muslo con fuerzas, al igual que mis nalgas.
—...Ya— Susurre queriendo poner un alto.
—Andale mami...— Susurro en mi oído provocando un lijero escalofrío en mi cuerpo.
Sus manos aprietan mis nalgas por debajo del vestido y juegan con las bragas, mientras yo miro alrrededor para saber que nadie esta viendo y asi es, todos están atentos en la ceremonia.
Separa un poco mis piernas lo cual ni siquiera es notable y sus dedos empiezan a tocar por encima de la tela.
Una brisa de aire mueve la cortina del confesionario, le tomo la mano y discretamente ambos nos metemos ahi, apenas y tocamos el piso, su mano toma mi cuello y me pega a la pared para besarme, nuestras lenguas se rosan con locura y nuestros labios se mueven a un movimiento tosco.
—Te amo...— Me susurro entre el beso.
Y como acto seguido me puso de espaldas contra la pared, su mano bajo el vestido acariciaban mis nalgas y jugaban con el elastico de las bragas mientras sus labios besaban mi cuello y parte de mi espalda.
Sus dedos empezaron a tocar ahi y tapo mi boca para que no saliera de ella ningún gemido, sus movimientos cada vez eran más veloces y no podía callarlos, cuando llegue al climax y mi zona quedo palpitante el siguió tocando suavemente mientras con su mano desabrochaba su pantalón, hizo una presion en mi muslo haciendo que abriera levemente las piernas.
Y de inmediato senti en mi entrada el ancho tan familiar, jalo mi cadera hacia el y mis manos quedaron sosteniendome sobre la pared e inmediatamente me senti completa, al sentir ese grosor de costumbre.
Su mano me daba azotes y su otra mano tapaba mi mano.
—...Tan estrecha como el primer día— Susurro en mi oido.
Despues de que senti como me lleno de fluidos, el no estuvo en paz y me sento en el sillon abriendo mis piernas e inclinandose hacia mi humedad donde no dudo en comerlo como un helado lambiendo cada parte sin asco alguno.
—Estas deliciosa— Susurro causando un escalofrío contra mi cuerpo.
Me gustaba jugar con el y exitarlo, me gustaba escucharlo jadear y gemir por lo bajo, asi que de la nada estaba incada frente a el, mientras sostenia mi cabello y pasaba mi lengua por lo largo de su pene, hechaba su cabeza hacia atrás y jalaba de mi cabello con delicadeza, mi lengua pasaba por ahi y mi boca la disfrutába como una paleta, la comía y disfrutaba la imagen de el disfrutando.
Nos deseabamos tanto, tan desesperadamente que aveces importaban poco el lugar aún asi y estuviera demasiado mal.
Sin mas volvio a penetrarme en cada uno de los lugares de esa pequeña alcoba, ahogando gritos y gemidos y corriendo por las venas esa adrenalina y placer, volvió hacerme suya en ese lugar tan tan prohibido.
Nuestros cuerpos tibios, sudorosos y cansados ya no dieron para mas, su nariz roso con la mia y tomo mi rostro entre sus manos, besándome suavemente.
—Laila...— Levanto mi rostro.
—Estamos pecando — Sonrei lijeramente y volvi a dejar un casto beso sobre sus labios.
Las personas estaban empezando a salir del templo y nosotros salimos tan pasificos, tan normales, como si jamás hubiera pasado eso, secreto que quedó entre nosotros y en el confesionario de la iglesia donde quedo nuestra mancha de pecado.
—La ceremonia estuvo muy pasifica y reflexiva sobre el arrepentimiento de los pecados, ¿Que les pareció a ustedes?— Comento mi madre saliendo de la catedral.
—Interesante madre, siempre con los sermones muy asertivos sobre el pecado del ser humano— Comenté.
—Muy reflexiva sobre el pecado, creo que nos sirvio para arrepentirnos de todos los pecados — Jean me sonrio lleno de complicidad ante sus palabras e hise lo mismo.
Solo nosotros fuimos testigos de ese pecado.
xxx Dedicatoria: Tenía que escribirte algo para que no te aburrieras mientras estamos lejos temporalmente. Disfrútalo . Te extraño mucho.
xxx Nota de la autora: Si comienzan a mostrarle conflicto por la "falta de respeto a la religión" el capítulo sera borrado. Espero sea de su agrado y lo disfruten. Lxs quiero 💕
