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Sus sentidos estaban alertas, cada segundo que pasaba se sentía cada vez más aterrada.

Sintió como alguien la observaba hasta que sintió como su vida corría peligro, por instinto se puso de pie hasta que escuchó como una hojas se rompía dando a entender que algo pasaba por allí.

Gracias a qué se había puesto de pie pudo esconderse con rapidez atrás del árbol al mismo tiempo en que la flecha se incrustaba en la corteza del mismo árbol.

Podía sentir como su corazón quería salir de su pecho, por poco su vida se le iba a ser arrebatada.

Los ruidos de una pelea la alertaron más, podía escuchar como alguien era golpeado, podía oír perfectamente como el golpeador insultaba al hombre.

Cuando una mano se posó en el hombro de la rubia, esta por instinto la agarró y dobló con rápidez hasta casi romperla.

— ¡Ay! — Amira miró al extraño y rápidamente lo soltó al identificarlo como el Duque Ergi.

— Perdón...— murmuró la chica.

— ¡Hermana! — la rubia miró atrás del árbol para poder ver a Heinrey arrastrar a un hombre que ella no podía ver bien.

— ¡Heinrey! — sin poder evitarlo corrió hasta él para abrazarlo y enterrarse en su pecho para poder sentirse protegida.

El rubio la abrazó con fuerza con la intención de jamás separarse de ella, ambos habían tendió miedo, mucho miedo, una de perder la vida y él otro de perder a su adorada hermana.

Él la había visto salir de unos muros cuando hablaba con él Conde sobre decirle la verdad, se preocupó al verla, por ello la siguió, en el camino se encontró con Ergi, quien sin pensarlo fue atrás de él para ayudar a encontrar a la joven rubia.

Lo que ninguno esperó fue ver cómo un hombre apuntaba con una flecha a la princesa, por lo cual Heinrey corrió a noquear al hombre pero lamentablemente la flecha fue disparada antes de que pudiera evitarlo.

Para su alegría ella pudo esquivarlo, y con la ira de haber casi perdido nuevamente a su hermana, golpeó al hombre hasta casi matarlo.

— Casi te pierdo nuevamente — susurró Heinrey mientras acariciaba la cabellera de la rubia.

— Lo llevaré al Palacio para que lo encarcelen — comentó Ergi mientras agarraba al hombre que yacía en el suelo incosiente.

Amira miró de reojo al hombre, pero fue una mala idea, pues al verlo bien su rostro se distorsionó y el terror la invadió.

"— Al fin la encuentro, princesita — un hombre pelinegro se acercó a la joven rubia mientras alzaba su espada.

— ¡No tocarás a mi hija! — una mujer de cabellera rubia se acercó al hombre con rapidez para golpearlo.

— ¡No te metas! — la empujó y alzó la espada con la intención de matarla.

— ¡Amira! — una castaña con un niño la agarró con rapidez para llevarla lejos de donde se estaba desatando la pelea.

Lo último que la rubia pudo ver fue como su madre era asesinada por el hombre que tenía una sonrisa llena de maldad"

— Él... — susurró para después perder las fuerzas de su cuerpo y dejarse caer.

Los recuerdos de la masacre volvieron a su memoria con velocidad  como si quisieran atormentarla y acabar con su cordura.

Llevó sus manos a su cabeza y empezó a negar entre lágrimas, el dolor emocional y mental no la dejaban pensar claramente, Heinry la sostuvo en sus brazos sin saber muy bien que hacer.

Lost princess » [Sovieshu]Where stories live. Discover now