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La tensión en el ambiente era muy notoria, cualquiera que entrara allí se sentiría nervioso e incómodo.

El príncipe Heinrey miraba con total seriedad al emperador, desde que su hermana le contó lo que sucedía entre ella y el hombre decidió hablar con él, quería encararlo, quería amenazarlo, quería decirle que si lastimaba a la menor sería la perdición de casi todo Oriente.

— ¿Para qué me mandó a llamar? — preguntó el rubio mientras se cruzaba de brazos.

Si bien quería conversar con él desde aquella noche donde se enteró de todo no lo había ido a ver, la principal razón fue que si iba lo terminaría atacando por "corromper" a su inocente hermanita.

Después de ir a ver a los salvadores de Francesca decidió hablar con Sovieshu, tenía que solucionar aquel problema lo más pronto posible, así que aprovechó que Amira fue a hablar con la emperatriz Navier para poder hacerlo él con el emperador, grande fue su sorpresa que el hombre lo llamó para que fuera a su oficina con la excusa de que había un asunto importante el cual atender.

— Es sobre su hermana — avisó el pelinegro mientras señalaba el asiento frente a su escritorio.

— ¿Que sucede con ella? — preguntó Heinrey haciéndose el desentendido mientras se sentaba.

— Es mi amante — confesó.

El rubio frunció su entrecejo tras escuchar aquello, no esperaba que el hombre fuera tan directo como para decirlo sin pudor alguno.

— ¿Su amante? — preguntó mientras hacía más notorio su enojo y desacuerdo total.

— Así es — confirmó el emperador para después suspirar.

Desde que se dio cuenta que lo que sentía por Amira era más profundo de lo que llegó a imaginar empezó a pensar en una posible conversación con los hermanos mayores de la joven.

Si era necesario iría a Occidente con tal de poder hablar con el Rey Walton III para poder tener la aprobación de estar con su amada.

— Si usted está jugando con ella yo...

— No juego — interrumpió Sovieshu mientras negaba con una de sus manos — Yo en verdad amo a su hermana, Amira se volvió en la mujer más importante de mi vida, por ella sería capaz de todo, por eso hablo con usted, es su hermano, y ella lo ama, si quiero en un futuro casarme con ella necesito hacer las cosas bien — explicó.

Heinrey pareció entender cuando en realidad estaba totalmente sorprendido por las palabras del emperador, ¿casarse con ella? ¿había escuchado bien? ¿y que pasaba con la emperatriz Navier?, muchas preguntas se alojaron en la mente del rubio.

— ¿Habla de hacer las cosas bien?, Usted ya está casado, ¿Cómo puede pretender algún día ser el esposo de mi hermana cuando no está libre? — preguntó Heinrey con un tono de voz amenazante, creía que el mayor estaba jugando y no dejaría que dañara a su hermanita.

Sovieshu suspiró, quizás debió esperar a estar completamente libre, pero no podía arriesgarse a que el príncipe los descubriera y pensara mal de Amira, si era necesario él diría que la obligó con tal de que no hubiese problemas entre los hermanos.

— Se que no estoy libre en este momento, pero pretendo estarlo, no ahora, pero lo estaré, amo demasiado a Amira y quiero pasar el resto de mi vida a su lado, pero no puedo dejar desamparada a Navier, no cuando la conozco desde que éramos niños, no cuando fue mi compañera por muchos años... — explicó.

— ¿Acaso planea divorciarse de la emperatriz? — preguntó Heinrey con un brillo especial en sus ojos, pues si el emperador hacía eso significaría que podría casarse con la mayor sin necesidad de secuestrarla.

Lost princess » [Sovieshu]Where stories live. Discover now