🍎𝖢𝖺𝗉í𝗍𝗎𝗅𝗈 12

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Atención: Como dije en Instagram, solo por esta semana las actualizaciones serán los días: Lunes (que es hoy)— Miércoles—Viernes.

El sábado no podré actualizar, ya que el lugar a donde iré no cuenta con Internet. Por ende, tuve que mover los días. Disfruten.

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ADÁN

-Ten más cuidad imbécil, casi me revientas el puto labio — gruñe Breant — si vas a tirar el balón que no sea en mi cara.

-Ups.

-Chicos en qué momento participaré yo — nos dice la chica Clarisa, una rubia que lleva historia conmigo y Jerome.

Es algo tímida, pero aburrida.

-No creo que quieras sacrificar tu bello rostro — le responde Breant desde el arco, le toco la posición de arquero — Adán está muy cabreado y no creo que tenga piedad con nadie, ya que su querida novia está con el imbécil de Ramsés — eso ultimo lo dice con resentimiento.

-No es nadie y cierra el hocico Breant — vuelvo a tirar el balón y este rebota contra su estómago.

-Oh por Dios — la rubia va a socorrerlo cuando ve que Breant cae de rodillas al césped.

Si en algo es malo Breant, es en el futbol. Es su debilidad, el único deporte con el que siempre fracasa. Es por eso que lo puse en esa posición, de paso trabajamos en equipo como dijo la profesora.

Tenía que desquitarme con alguien.

Los dientes chirriaban en mi boca cada vez que volteaba hacia atrás donde estaban Jerome, Ramsés y Zuri. Me jodía mucho verlos a los dos con ella, en especial a Ramsés.

Ese imbécil estaba que mataba cada una de mis neuronas.

Sabía que la violencia no funcionaría con él, es por eso que me limite en golpearlo y decidí irme. No quería que vea que tanto mi nuevo juguete me importaba.

No quería que se adueñara de mi presa y la haga suya, porque Zuri desde que la vi ese día en el comedor supe que solo me pertenecería a mí y nada más que a mí.

Ella sería mía, maldita sea.

Su indiferencia era lo que más me mataba, me atraía como una polilla en busca de luz. Solo que ella no era mi luz, era mi oscuridad, mi propio tormento.

Un dulce juego que no solo me traía diversión, también confusión.

Después de estar días observándola me he podida dar cuanta de varias cosas. Ella es solitaria, fría, sabe manejar bien sus emociones y enmascararlas.

Lo atisbe cuando acerque su mano a mi muslo, tembló, su piel se erizo ... al igual que la mía.

Eso no lo pudo esconder.

Y es allí cuando tuve mi epifanía.

Para someter a una persona hecha de hielo, tienes que derretirla y dejarla sin una gota de agua. Para romper los muros de Zuri tenía que destruir sus barreras y ganarme primero su confianza, para luego ganarme su corazón y al final aplastarlo.

Cuando llegue a ese paso la sumisión será más que sencilla.

A menos que tu caigas primero.

Eso jamás pasará, aprendí a vivir sin amor y a vivir sin darlo, ella la tendrá muy difícil si quiere entrar en mi alma hueca y retorcida.

Así que eso hare, ganarme su corazón para poder penetrar su mente y muy difícilmente borre la huella que le deje de por vida.

SOMÉTETE A LAS TINIEBLAS✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora