🍎𝖢𝖺𝗉í𝗍𝗎𝗅𝗈 18 (𝖯𝖺𝗋𝗍𝖾 𝖽𝗈𝗌)

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ZURI

La pelea de niños ricos había acabado al fin.

Mi cabeza, muy a su pesar, seguía dándole vueltas a lo ocurrido. Pensando en sus manos tocando mi cuerpo, en su boca húmeda marcando mi piel.

Sin querer, llevé mis dedos a mi cuello justo donde me había mordisqueado hace unos instantes. Y sentí una pequeña corriente al tocarlo, sabía que esa zona continuaba sensible.

Gruñí molesta.

Todavía saboreaba la frustración en mi entrepierna por no conseguir mi liberación.

Sabía que si no me contenía sería capaz de coger a Avenel y meterlo en está camioneta para que me folle de una condenada vez.

Las ganas estaban, pero mi dignidad me lo impedía.

Ya le di una probada de lo que era "sentirme" como él lo llama, si quería tenerme nuevamente, tendrá que esforzarse más. Porque estaba dispuesta a luchar un poco más con él, demostrarle que su perfecto cuerpo y su dotado miembro no bastaba.

Hay que ascender al siguiente nivel.

Solo que por este día he decidido que fue suficiente, no tendría las fuerzas para desecharlo.

Por ese motivo, es mejor que me vaya.

Ya lista en mi camioneta, lo encendí girando las llaves y el rugir del auto atrajo la atención de Adán que estaba mirando en otra parte.

La dirección en que Ramsés se fue.

Como si hubiese sido impulsado por un resorte, reacciono acercándose al ventanal del auto y lo toco con sus nudillos. Una expresión indignada reinaba en su rostro.

Con fastidio tuve que bajarlo, tirando de la palanquita.

-Que — espete, al momento en que la ventanita se hundió por completo, dándonos cara a cara.

- ¿A dónde crees que vas?

-A casa — respondí con obviedad.

-Te acompaño.

-No gracias.

Adán ignorando mis palabras, rodeo la camioneta y se sentó a mi lado, en el asiento del acompañante. Maldije interiormente por no asegurarla.

-Ahora si estamos completos — anuncio, atrapando con su brazo mis hombros — vámonos.

Tomé una bocanada de aire tratando de reunir toda la paciencia posible y con una voz aparentemente tranquila le dije.

- ¿Y tú auto lo vas a dejar en la escuela? — fingí preocupación — sabes que hay muchos estudiantes que te odian. Podrían rayarlo, pincharle una llanta, romperle la luna. No quiero ser una molestia, mejor ve y asegúralo.

En cuanto termine mi discurso casi sonrío orgullosa, mi actuación no pudo ser más perfecta. De verdad, parecía una chica preocupada por él. Si supiera que me importa tres reverendos pepinos su sucio Maserati.

Bueno, quizás estoy exagerando, su auto es bello y todo, es solo que quiero que se largue. Temo caer en otro de sus juegos y terminar en otra redada que se pueda convertir en mi perdición definitiva.

Murió cualquier esperanza que albergaba, cuando Adán me arqueo una ceja, diciéndome indirectamente "¿esperas que me trague eso?" y alzo sus comisuras burlonamente.

El idiota se divierte.

-No te preocupes Zuri — me siguió el juego, fingiendo inocencia — mi auto esta en manos de Jerome y Breant, se los había encargado antes de venir a abrirte las piernas y follarte con la ropa puesta.

SOMÉTETE A LAS TINIEBLAS✔Where stories live. Discover now