Octavo Capítulo:

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Los eventos encerrados en “ ” son del pasado. 


Advertencia : 🔞 Liviano en realidad, nada muy fuerte por ahora.


Posdata:Tengo que conseguir gif's.


8- Desenmascarar a ese hombre.

La historia de Ten Ten.


Y por fin explotó, estalló en cólera al oír la zartada de estupideces que decían esas mujeres.

Por Dios, ¿tan rápido cambiaron de objetivo?, ¿no estaban enzañadas con Sakura? Ahora que entró al hospital bajo el mando de Ino, ¡¿por qué no hablan de ella?! Sí tiene chismes encima suyo, no es que la odie, pero de lujo nunca se llevaron. Si se habla de alguien, pues que sea de la Haruno.


—Quiero ver al Hokage —dijo ante un tipo de cicatriz cruzada por el rostro, el conocido como Iruka la miró de pies a cabeza y torció la boca.

Ten Ten se preparó para hacer un escándalo ahí mismo, para romper esa maldita oficina.


—Supongo que tú tienes pase libre —contestó con un tono ambiguo que dejó asombrada a Ten Ten, todo demasiado surrealista, no podía creerlo.

Aun así caminó por los pasillos y subió escaleras hasta llegar a su objetivo.

¿Es normal que sea tan sencillo? Hay algo peligroso en el ambiente, bastante raro.

También notó la obsesión que tuvo el decorador de este lugar, ojala no sea Ino, porque había un florero en cada esquina.


¡Toc' Toc! Golpeó con los nudillos de una forma agresiva, que no olvide porqué está aquí.


—Pasa, ¿de qué te olvidaste ahora... ? —El hombre sentado en su escritorio subió la mirada vagamente—. ¡Tú! —exclamó al verla, todos los focos en el cerebro de Ten Ten se encendieron dejándola vivida, en ese momento lo tuvo en frente y no pudo evitar hacerlo.

—¡¿Qué te ocurre?! —gritó enfadado el Hokage cuando esa joven le lanzó un florero, logró esquivarlo, pero el agua salpicó por toda la habitación, muchos papeles se perdieron al instante.


—¡Déjame en paz, viejo pervertido! —Lo dijo, sí lo hizo, y de inmediato sintió un placer llenar su pecho, ver como ese hombre despreciable secaba los papeles desesperado mientras lanzaba maldiciones, fue perfecto.


El Hokage se rindió con las hojas mojadas y las tiró con fuerza en su escritorio, su único ojo se clavó en esa demente irracional.


—Que seas una loca —Dio un paso en su dirección—, puedo aceptarlo —Dio otro paso y Ten Ten retrocedió por instinto—. Que vengas hasta aquí —Hizo una amenaza, ella nunca presenció el carácter de este hombre y ya no quiere hacerlo—, podría aceptarlo.

Imari- SasuHana Место, где живут истории. Откройте их для себя