Décimo Capítulo:

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Capítulo 10:

Imari y el Viejo Yu.


Se oyó la risa infantil del muchacho, una de las pocas veces que él sonreía de esa manera.


—¿Es de esta forma? —preguntó el pequeño, bueno, ya no tan pequeño.Ya lleva dos años en este lugar, en esta celda oscura y asquerosa, junto a este gran anciano también lleva dos años.


—Sí, sí, eres habilidoso —El viejo lo alabó al ver lo bien que hacía los nudos que con un hilo descosido de su atuendo le enseñaba a hacer.


En la celda ya no había casi nadie que haya llegado con él, el mismo viejo no sabía por qué no lo llamaban, ¿prolongar el sufrimiento? Tampoco le importaba, con poder cuidar del pequeño niño se conformaba y su viejo corazón soportaba otro día en este repugnante lugar.


Tink' Tink' Se escuchó el tintineo burlista de los barrotes, y como en todo lugar repugnante, había personas igual de asquerosas.


—¿Mi ángel está listo para su sesión? —preguntó la voz de ese hombre llamado Soukka.

Imari pegó su vista al suelo y cualquier signo de alegría se esfumó. El viejo Yu lo abrazó y se negó a soltarlo, Soukka rodó los ojos y se llevó arrastrando al niño quien no se olvidó de pelear.

—Mi ángel, ¿por qué eres así? El líder esta disconforme con tu reciente actitud, hasta consideró deshacerse del viejo.


Solo escuchar "Mi Angel" provocó una arcada. "Deshacerse del viejo", al oír eso Imari se quedó quieto mientras lo arrastraban, casi se le olvida que si el viejo vive es por él, así como él vivió gracias a ese viejo.


“—¿Crees que viva? ¡Idiota, lo golpeaste demasiado! El Jefe nos matará.


Fue hace dos años, acababa de llegar a esa cueva subterránea en medio de la nada, cualquiera creería que es un lugar frío, pero la mayor parte del tiempo puede considerarse un horno en medio del infierno.

Ahí lo tiraron, en medio de una celda donde las personas lo rodearon.


—Es un niño, parece que ni siquiera creció sus dientes, ¿cómo lo trajeron? —habló un joven que por lo visto no podía caminar, le faltaban las piernas y se arrastraba por el suelo.


—Son unos monstruos —dijo horrorizada una mujer que parecía enferma, se notaba en su rostro sin sangre y escaso cabello.

Así todos los presentes tenían alguna deficiencia, eran viejos, enfermos o locos.


—Abran paso —Una mujer de ropa escasa y cuerpo prominente llevaba del brazo a un viejo que apenas podía andar, por su ropa parecía haber llegado hace mucho.

Imari- SasuHana Where stories live. Discover now