Imari- SasuHana

Capítulo-12 -El equipo inseparable

Sin editar

Capítulo-12 -El equipo inseparable Algunos dicen que fueron lo peor que ha pasado por la Academia Ninja, otros todo lo contrario, decien que el es mejor equipo que dio toda Konoha. Sin embargo, Naruto Uzumaki lo sabe, son ambos, tanto lo mejor como lo peor. Los tres son capaces de sacar fuerza y valentia, enojo y temor, así son ellos. A Sakura Haruno, su antigua compañera, la ve de vez en cuando, por la aldea o cuando la cruza por el hospital, y a su rivial de la infancia solo podría hallarlo si sale de Konoha y busca debajo de las piedras. Esta es una de las únicas veces que el mismo Sasuke Uchiha llega con sus propios pies hasta la torre del Hokage. —¿Secuestros? —preguntó Sasuke—. Ya los había notado, por ello vine hasta aquí. Enseñé a dos niños en las afueras, quise regresar para ver su progreso y resulta que ya no estaban. Naruto asintió, como lo predijo, ha cambiado; luce como un fugitivo, encapuchado y sin un brazo. Creyó justo dejar esta misión en las manos más aptas posibles, así lanzó el informe a Sasuke Uchiha quien lo tomó de inmediato. Luego de ojear el contenido, el hombre encapuchado se dio la vuelta sin despedirse. Quizás no cambió mucho. —¿No irás a ver a tu esposa? —dijo Naruto sin asombro—. Tu hija crece, se parece a ti. Sasuke se paró en la puerta, levantó su única mano en forma de despedida y desapareció, en su asiento Naruto suspiró. Cuando el Hokage suspiró tan fuerte, un Iruka al borde de la jubilación se asomó por la puerta, Naruto alzó una ceja indagando, sentía que algo importante se le olvidaba. —¿No irás al cumpleaños de tu hija? —habló confuso Iruka. Al ver como Naruto casi sufre su primer ataque cardíaco lo tranquilizó: “Es su segundo año de vida, no lo recordará”. Tenía las manos llenas de papeles, en una se vio la ilustración se unos huérfanos perdidos, fue enviado por una ciudadad creciente pidiendo ayuda, ahora eran mendigos pero no sabían si mañana podrían ser sus hijos deseados y queridos, por lo tanto pidieron ayuda. «Como si eso les restara valor», se dijo Naruto. Solo ahora comprende cuán importante son todos estos papeles, la información es importante, con ella debe dar las órdenes... no puede esperar. Sin otra opción, creo un clon de sombra y lo envió a su casa, reza por no ser descubierto. Luego llamó a un equipo especial, TenTen lideraba ahora su propio escuadrón, aún se la conoce como la esposa del sexto y no lo niega. —¿Y tú esposo? —preguntó por cortesía Naruto—. Quién diría que tardarían otros tres años en arreglarse, son una pareja complicada. TenTen negó con la cabeza recibiendo el informe, le echó un vistazo y asintió. —Por cierto, ¿cuál era ese gran y mágico lugar donde te quería llevar? —Sonrió, algo le dijo que sí sabía. Su propio Sen-Sei le comentó sobre el lugar mágico y lleno de inspiración. La cara de TenTen se tiñó en rojo vivo, recordó lo sucedido: “Ella iba de la mano del hombre, luego de charlar muy seriamente decidió seguir su instinto y madurar, no podía comportarse como una niña de quince años frente a un hombre de cuarenta, ella ya no es una niña. Había tomado el rostro de su pareja y le dijo: 'Sé que has sufrido al esperarme, quizás me tomé todo este tiempo inútil por que no deseaba crecer, ya no tengo amigos, todos hicieron sus vidas y se ven tan diferentes... No quería que las cosas cambien y te afecté, hice que ambos perdieramos tiempo'. Kakashi había tomado también su rostro y limpió sus lágrimas, reprendió: 'Soy más viejo, deberías atesorarme y cuidarme, moriré primero'. TenTen lloró más fuerte, entre lágrimas suplicó: 'Por eso mismo te pido casarte conmigo, te amo. Te cuidaré cuando estés viejo y luego de tu muerte seré viuda hasta reencontrarnos en el más allá'. El tiempo pasó y él no respondió, cuando TenTen creía el asunto resuelto, el desgraciado se levantó y se fue, solo dejó unas palabras atrás: 'Mañana vendré por ti'. Como respuesta Kakashi le dijo que la llevaría a un lugar mágico esa mañana, así llegó a esta colina que de mágica no tenía nada, es más, los insectos son insoportables. —¿No dijiste que sería algo especial para los dos? —murmuró
enfadada haciendo lo posible por mantener su sonrisa, ni siquiera le dio tiempo de peinarse cuando Kakashi la sacó de la cama y la arrastró hasta aquí.