Lan WangJi llegó al mismo punto en donde arribo por primera vez, en el Reino humano. Luciendo exactamente igual, excepto que está vez, traía consigo una pequeña caja que prontamente guardo en su bolsita qianqun.
Suspirando, salió de aquella cabaña destartalada. El viento frío acarició su tersa piel, el tiempo se estaba poniendo cada vez más helado.
Bajo y llegó hasta el mismo pueblecillo, pero esta vez no se quedó en él. Sus pasos aunque lucían lentos, eran el doble de rápido que el de un cultivador en la etapa de condensación de núcleo.
Sus ojos siguieron aquel hilo negro invisible. Había dejado un pequeño encantamiento de rastreo en aquel cultivador desvergonzado. De cierta formas seguirlo, siempre lo terminaba por llegar a lugares extraños pero que contenían información acerca de lo que él tanto buscaba.
El cuerpo de Lan WangJi despareció rápidamente de la vista humana, dejando ese pueblo muy atrás.
Mientras tanto, Wei Wuxian estaba en su alcoba, acostado en aquella enorme cama con docél rojo y negro. Su mano estaba sobre sus ojos, cubriéndolos.
Había tenido un día tan aterrador. Estaba terriblemente cansado. Había tenido que acompañar con sus amigos, a esos nuevos invitados al Palacio del Emperador demonio, aunque no entendió mucho de su plática, pudo deducir que ellos tres no venían de ninguno de los reinos que él conocía.
Este pequeño mundo, parece que no solo existe éste, si no también, muchos más pequeños y grandes mundos.
Aburrido, se reincorporó en la cama y se dirigió hasta el lugar donde tenía todas sus túnicas. Lentamente se fue retirando su túnica extravagante, busco entre ese tumulto de ropa, hasta que dio con la indicada. Se la colocó rápidamente.
Recogió su cabello con el misma cintillo rojo, viendo su imagen satisfecha, cerro sus ojos y se concentró en pensar en algún nuevo lugar al que ir. Respirando tranquilamente, siguió indagando hasta que su sentido divino se detuvo en un extraño lugar que tenía una gran concentración de poder espiritual del Reino celestial.
Una sonrisa se coló involuntariamente en su rostro, su cuerpo rápidamente despareció de su habitación. Pronto su cuerpo se materializó en aquél lugar.
Abriendo sus ojos lentamente, pudo ver que era un pequeño pueblo, sólo habían unas pocas casuchas y todas estaban quemadas, como si un gran incendió hubiese sucedido en este pobre lugar.
El sentido divino de Wei Wuxian se extendió y recogió en su consciencia los vestigios de lo ocurrido anteriormente en este pueblito. Una sonrisa de medio lado adorno su excéntrico rostro. Así qué, nuevamente era la gente del clan Vermillion, con razón pudo sentir una fuente de poder del Clan de los dragones. Parecía que estaban intentando abrir la caja del tesoro que habían robado del Reino celestial.
— ¿Qué hacés? —aquella voz fría se hizo presente tras la espalda de Wei Wuxian.
El demonio zorro se dio vuelta, fingiendo una expresión de sorpresa abrió sus labios, separándolos.
La manzana de adán de Lan WangJi se movió lentamente. Desde que había tenido esos extraños sueños, el rostro difuminado de ese hombre había sido reemplazado por el de este extraño cultivador.
Estaba avergonzado consigo mismo por soñar tales cosas desvergonzadas.
— Lan WangJi, Lan WangJi, que agradable sorpresa verte por aquí. —Sonrio Wei Wuxian, dándose vuelta para estar frente a frente.
— Ummm. Aún no has contestado mi pregunta anterior.
Wei Wuxian rió bajamente y dio un giro para darse vuelta y ver este pueblo en desgracia.
— Investigando. Este pueblo fue quemado de la noche a la mañana. No hay cuerpos, sólo sus casuchas quemadas. Es extraño. —dijo encogiéndose de hombros.
Lan WangJi no dijo nada y pronto apareció de la nada un Guqin de siete cuerdas. Un viento frío se precipitó bajo sus ropas, despejando el lugar donde ambos estaban parados.
Wei Wuxian observó detenidamente los movimientos de este dragón, tenía una mirada curiosa, pero muy en el fondo sabía lo que pasaría a continuación. Y sólo fue cuestión de esperar, pronto una tonada de cuerdas se hizo escuchar en todo el lugar.
Los remanentes de unas pocas almas se juntaron, un anciano encorvado pronto se formó.
“¡No se como abrirlo. Es un tesoro del Reino Celestial. Por favor, perdona está gente, ellos no saben nada!”
“Que desperdicio de gente. Quemarlos a todos. Llevate a los jóvenes solamente”
“¡Nooooo!” “¡Auxilio!” “¡Ayudaaaaa!” “Aaaaaah”
Los fragmentos del alma se dispersaron rápidamente, el lugar volvió a quedar en silencio.
Lan WangJi se levantó en silencio y guardo rápidamente su Guqin. Su expresión no era para nada bonita.
— Esa gente...
— El Clan Vermillion. Es uno de los cuatro clanes del Reino Demoníaco.
— Dónde puedo llegar al Reino Demoníaco?
— Quieres ir? Pensé que un cultivador distinguido, no pisaría las tierras del reino demoníaco. —Comento entre tonos sarcásticos.
Lan WangJi le dio una mirada fría. La sonrisa de Wei Wuxian se congeló y luego carraspeo.
— Conozco un lugar, tiene una formación mágica que nos permite ir entre los tres Reinos. Es un poco caro pero creo que, puedes pagarlo. —le dio una mirada evaluadora de arriba hacia abajo. WangJi se estremeció.
— Adelante. Guía el camino. —fueron todas las palabras dadas por el dragón.
Una sonrisa santurrona se cernió sobre su boca. Bien, era hora de llevar a este dragoncito a su cueva y poder disfrutarlo.
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Espero les este gustando, sorry por las actualizaciones lentas xD no se preocupen, aunque tarde años(?) Finalizaré está historia si o si.
Act hoy xq mañana 26/10 es mi cumpleaños, y tuve oportunidad de escribir este nuevo cap a tiempo!!
