𝐃𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐋𝐚 𝐎𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 | 𝐁𝐢𝐥𝐥𝐝𝐢𝐩

Capítulo IX

Capítulo IX: Hambre

La puerta del cuarto se azota con brusquedad contra la pared, Mabel entra cargando bolsas y bolsas de ropa y peluches, en su propio mundo de fantasía, Dipper pega un brinco en su cama por tan repentino ruido, no los había escuchado entrar o si quiera llegar a la cabaña, el libro que lee se asienta con dulzura en la cómoda y esponjosa cama, su sonrisa vuelve y espera a que su hermana deje todas sus cosas por ahí tiradas para saludar.

-Hola Mabs- Le saluda con velocidad y se acerca a ella con los brazos extendidos, quiere un abrazo y se lo da a entender de esa forma. Mabel pasa de él, ignorándolo de forma olímpica, ni siquiera a notado su existencia, está muy ensimismada en sí misma, dentro de su burbuja para prestarle atención a estorbos. –¿Mabs? – Vuelve a preguntar, pero ella le vuelve a ignorar, ¡Ni siquiera se giró para leer sus manos!, su ceño se frunce, mostrando su disgusto y enojo, ¿Cuándo le había enojado tanto algo?, no tenía la respuesta, acerca su mano al brazo de su hermana, quien acomoda los peluches sobre y al rededor de la cama, le da una palmadita, ella chilla y lo empuja, él tropieza y se golpea con la cama, su mirada denota temor y confusión.

"¡Tío Stan!" Grita con los ojos acuosos "¡Tío Stan, Dipper me pegó!" le señala con las lágrimas de cocodrilo cayendo por sus mejillas, Dipper le ve con confusión y se vuelve a enojar, ¡Ella fue quien le empujo!, se para y trata de darle la cara a su hermana – ¡Eso no es cierto! – Los pasos apurados se escuchan subiendo las escaleras, Mabel ignora a su hermano y sigue llorando, abrazando al alicornio morado oscuro* que le acaban de comprar en el pueblo.

Dos figuras aparecen en el marco de la puerta, con aspecto cansado por subir corriendo las escaleras, sus miradas difieren mucho, transmiten sentimientos opuestos, negativos, ¿Dipper le había pegado a Mabel? ¿Por qué el niño dulce y puro le pegaría a su hermana?, Stan corre a donde Mabel y la abraza protectoramente dejando que la niña se desahogue entre sollozos e hipidos, Dipper en la esquina opuesta del cuarto, con miedo en su mirada, retrocede al ver a un muy molesto Ford acercarse, su manos tiemblan y las palabras no se forman, incapaz de defenderse de la falsa acusación de su hermana, la mano de seis dedos se posa en su hombro, apretando este con una ligera y molesta fuerza "¿Le pegaste a tu hermana?" pregunta calmo, Dipper niega repetidas veces al borde del colapso y las lágrimas, su panza ruge en furia y se vergüenza, pero no deja de temblar.

Le miran sin creerle y un gemido de dolor sale de su boca, quiere llorar por el dolor que se abre paso por toda su panza, como un desgarre, como un golpe, Stan piensa que su hermano Ford ha dañado al niño y está a punto de reclamarle en un grito, pero su hermano le detiene, observa impasible al niño quien se toma la panza con dolor y el veinte le cae como una cubeta de agua helada "No haz comido en todo el día" murmura, y más que una pregunta suena a confirmación, el niño asiente con lentitud y dolor.

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Bajan las escaleras con prisa, Ford y Stan se mueven por toda la cocina buscando algo para alimentar a su sobrino ¿Cómo lo habían olvidado?, Stan es el primero en darse por vencido, no hay nada, todo está vació, los estantes, el refrigerador, la nevera, todo lo había gastado en la mañana, Ford revisa por segunda vez todo, y mira a su hermano, una mueca se muestra en su cara.

"Niño, ¿Por qué no dijiste nada?" Pregunta Stan en voz baja, Dipper le mira incrédulo ¿iba enserio la pregunta?

- Ustedes no estaban – Contesta con manos temblorosas, Ford se culpa de que el niño este así, y se culpa también de que sea así, puro, sin saber realmente lo que sucede, como un conejito que perdió a su mamá, y ahora vaga solo por el mundo oscuro lleno de maldades e infelicidades. Se posa detrás de él y lo carga en el aire, con entusiasmo, "Ya se volvió loco" piensa Stan.

"¿Quieres que pidamos pizza?" Le pregunta, el niño chilla de felicidad y sus ojitos se iluminan "Pizza será entonces"

La criatura asecha y maldice su felicidad ¿Qué tan difícil es hacerles olvidar a la oveja negra un tiempo más?