XVI.

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Con Gojo Satoru sellado, Uzumaki Naruto era...

El hechicero más fuerte.

El aura dorada envolvía el cuerpo del estudiante de forma calmada, serena. Cubriéndolo con una calidez indescriptible.

Sin embargo, era todo lo contrario para los demás. Todos observaban un aura oscura rodeando a Naruto que emanaba sentimientos negativos.

- Yo no puedo pelear más- susurró Itadori en el suelo abrazándose a si mismo completamente roto emocionalmente-. Sukuna... mato a mucha gente. Prometí salvarlos, ¡pero no pude!- gritó comenzando a llorar-. Las cosas en las que yo creía... ¡no era más que una excusa que me puse a mi mismo!-

Todou, serio de brazos cruzados, observaba a su brother en tal patético estado.

- Yo... ya no puedo perdonarme-

Su mera existencia causa la muerte.

Mahito sonrió ante las palabras del pelirrosa con la idea de lanzarse a acabarlo.

- Ven-

La maldición volvió a prestar atención al sujeto frente a el.

Naruto había hablado con un tono completamente serio. Todo rastro de su burla usual había desaparecido.

- No quiero manchar más este lugar- exclamo Naruto viendo a Nobara inmóvil en el suelo-. Sigueme- ordeno comenzando a caminar lentamente hacia la salida de la estación.

Mahito se quedo quieto en su lugar mientras gotas de sudor bajaban por su rostro. Su mirada se clavaba en la espalda del hechicero. Había bajado por completo su guardia.

Todou entrecerró la mirada frente a la escena. Debería de aprovechar para salvar a su brother, y es lo que haría.

La maldición mostró una sonrisa traviesa empezando a caminar lentamente siguiendo al hechicero.

Los pasos resonaban en aquel lugar silencioso chocando contras los azulejos de las paredes.

Su sonrisa creció aún más. Más grande, más enfermiza. Le haría lo mismo que a esa chica Nobara, le deformaria el rostro.

Sus pupilas se dilataron, y Mahito salto hacia su presa extendiendo sus brazos. Un solo toque, un solo roce bastaría para asesinar a Uzumaki Naruto.

¡Tap!

El hechicero dio un paso hacia atrás ladeando su cuerpo hacia un costado. El ataque de la maldición siguió de largo sin conectar con su objetivo.

- ¿Eh?-

Mahito se encontró confundido por un leve segundo al no golpear a su oponente. Y el miedo comenzó a aparecer por todo su cuerpo.

Naruto miraba a Mahito sin ninguna pizca de emoción en su mirada.

¡Cough!

La maldición abrió su boca escupiendo sangre. La pierna derecha del hechicero habia conectado brutalmente contra su estómago.

Frente al impulso, Mahito fue elevado hacia arriba chocando con fuerza contra el techo, pero ni aquella estructura detuvo el vuelo.

¡Krk!

Las grietas aparecieron en toda la estructura, y el cuerpo de Mahito atravesó el techo siguiendo elevándose en el aire.

¡Fush!

Naruto dio un salto pasando a través del agujero que había hecho su oponente. Sus pies tocaron tierra, y el aire de la ciudad golpeo sus pulmones.

Su mirada se enfoco hacia arriba viendo a Mahito elevarse hasta las alturas de los edificios. Sus palmas volvieron a colocarse en forma de rezo invocando al Boddhisattva.

La gravedad comenzó a hacer efecto, y la maldición empezó a descender dando vueltas y vueltas en el aire, incapaz de moverse debido al dolor.

- Mierda-

Fueron las únicas palabras que la maldición pudo susurrar frente a aquella palma acercándose.

Mahito salió disparado hacia atrás atravesando un edifico, pero su vuelo no termino ahi. Su cuerpo siguió atravesando todo lo que se encontraba en su camino. Restaurantes, edificos, casas.

Y en medio de ese dolor, Mahito solo pudo pensar en lo estúpido que había sido en seguirlo.

Tras cuatrocientos metros, el cuerpo de la maldición quedo incrustado contra una pared. Los mechones de su cabello ocultaban su rostro dejando solo ver sangre cayendo de ese lugar bajando por su pecho.

Su brazo izquierdo estaba roto. El derecho tenia todos sus músculos desgarrados. Su rodilla izquierda apuntaba hacía un lado mientras que el tobillo de esa misma pierna apuntaba hacia otro.

El iba a ser asesinado. Pero a pesar de todo, Mahito quería seguir peleando. El estaba tan cerca de la verdadera esencia de su alma.

Levantó su cabeza tratando de sonreír como un niño, pero su apariencia no lo ayudaba en nada.

Su ojo izquierdo estaba cerrado, el derecho presentaba un derrame. Su nariz parecía haberse borrado. Su mandíbula colgaba sin sostenerse, rota, dejando que la sangre bajara de ella sin freno.

Y lentamente gracias a la regeneración que presentaba cada maldición, cada herida comenzó a desaparecer.

Sin ningún rasguño en el, Mahito se levanto del suelo para volver a caer sentado. A pesar de curarse, su cansancio pasaba factura.

¡Tap! ¡Tap!

Los pasos volvieron a resonar por el lugar. Uno, no, era más de una persona.

- Oh, regreso el inútil- exclamo Mahito viendo a cierto pelirrosa.

Naruto, Itadori, y Todou se detuvieron a metros de la maldición.

- ¿Y ahora?- preguntó Mahito preparándose para la batalla.

Todou desgarro su remera quedando con el torso al descubierto.

Itadori con una mirada seria se puso en posición de pelea.

- ¿No es obvio?- preguntó Naruto con una pizca de burla en su voz.

El hechicero alzo su brazo señalando a Mahito.

- Castigo divino-

Una pelea de tres contra uno, comienza.

Fin del capitulo.

Espero que les haya gustado.

Espero que les haya gustado

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Nos leemos en otro cap. Que tengan buena semana.

Bye-bye~

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