VI.

9.6K 894 82
                                    

No tenia caso pelear contra aquella cosa. Vio morir a sus compañeros como si no fuesen nada. Tantos años siendo hechiceros, tantos años de entrenamiento, no habían servido para nada.

Aquella maldición con forma de hormiga tenía que ser un grado especial, algo que no podían manejar con su rango.

El hombro se detuvo y miro hacía atrás. Nada. ¿Había logrado escapar?.

El hombre suspiro y relajo todos los músculos de su cuerpo. Apenas llegará a su escuela, abandonaría el mundo de la hechicería.

Sus instintos gritaron cuando un sonido en aquel bosque se escucho. El pequeño sonido de una rama crujir.

- No- susurro con miedo.

Las lagrimas bajaban sin freno por su cara.

El sonido grotesco de algo atrevasando carne sonó en el bosque.

El hombre bajo su visión para observar como una mano sobresalía de su estomago desde la espalda.

- No-

Aquellas fueron las ultimas palabras del sujeto. Su cabeza fue arrancada de su cuerpo de una simple mordida.

Las nubes dejaron de tapar a La Luna, y la luz de aquel satelite mostró la escena que se llevaba acabo.

Era una forma humanoide mezclada con la de una hormiga. Tenia dos largos apéndices que partian de los lóbulos de sus orejas, y una gran armadura de caparazón en la cabeza que se asemeja a un casco. Habia áreas pigmentadas oscuras en sus brazos, piernas, pecho y cabeza. De su espalda, surgía una poderosa cola con un aguijón.

La maldición dejo de masticar a su victima para prestar atención hacía un costado.

- Afuera... hay alguien fuerte-

La maldición comenzó a correr devuelta hacía la aldea que había dejado minutos atrás.

La maldición comenzó a correr devuelta hacía la aldea que había dejado minutos atrás

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sus ojos zafiros estudiaron todo el panorama. Solo muerte por donde veía. Había vuelto a llegar tarde, otra pequeña aldea había sido masacrada.

Se agacho levemente agarrando del suelo un pequeño oso de peluche. A centimetros de él, el cadaver de una niña pequeña extendia sus manos, como si en sus ultimos momentos, hubiese querido abrazar su juguete. Sin decir nada, Naruto se guardo el peluche entre la ropa.

Al lado del cadáver de la niña, había otro con uniforme. Parecía que varios hechiceros de alguna otra escuela habrían tratado de detener a la maldición, sin resultados.

- Parece tener cierto gusto a los cerebros-

La mayoria de cadáveres habían tenido el mismo rasgo, el faltante de aquel órgano.

Con un silencio mortal, Naruto se irguio por completo. Su mirada se enfoco en el bosque más allá. Sus ojos parecían brillar gracias a la luz de La Luna.

Hechicero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora