XV.

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El Sol ya se estaba ocultando. Los últimos rayos de luz bañaban el mar dando una hermosa escena. La espuma de las olas llegaban hasta la orilla.

- ¡Shake!-

Toge era perseguido por Panda jugando a las atrapadas, o algo parecido. Fushiguro observaba en silencio el horizonte, apreciando el mar.

Maki y Nobara retrocedieron riendo evitando que el agua tocara sus pies descalzos.

Todos llevaban abrigos o alguna chaqueta. El invierno ya había llegado dejando que el frío se adueñara de todos.

Itadori sonreía grabando con su celular la escena.

- Deja eso- exclamo Naruto a su lado sacándole el telefono.

Desde la orilla los demás llamaban al par.

- La vida, se trata de apreciar estos momentos- mencionó Naruto rodeando el cuello del pelirrosa con sus brazos-. ¡Vamos!-

Itadori sonrió y sintiendo el tirón del rubio, comenzaron a correr hacía los demás.

Nobara abrió sus párpados con miedo viendo a Naruto correr hacía ella con una sonrisa traviesa. Fue tarde cuando se dio cuenta de sus intenciones.

El rubio atrapo entre sus brazos a la chica, y la lanzo al agua.

- ¿Está fría, Noo-chan?- pregunto Naruto riendo.

- Dinos tu- mencionó Maki detrás suyo.

Naruto sintió una patada en su trasero, y su cara fue de lleno hacía el agua.

Todos empezaron a reír. Nobara gritaba furiosa al ver su abrigo mojado. Naruto se sacudió como un perro mojando a los más cercanos.

- La experiencia propia es mucho mejor- exclamo el rubio sonriendo.

Antes que Maki huyera, Naruto la agarro por la chaqueta y la lanzo al agua.

Itadori fijo su vista en Fushiguro.

- No te atrevas, bastardo- exclamo el pelinegro comenzando a correr.

El pelirrosa derrumbo a Fushiguro ocasionando que ambos cayeran al agua.

- ¡Escapan!- grito Naruto apuntando a Toge y Panda que corrían metros alejados.

El rubio comenzó a perseguirlos seguido de Itadori.

- ¡Okaka!-

- ¡Los pandas no nos mojamos! ¡Noooo!-

Fushiguro paso sus manos sobre su cabello con una sonrisa creciendo en su rostro.

La furia de Nobara pronto se convirtió en una risa. Una risa que contagio a todos.

Las nubes borraban los rayos de luz. Las olas, los mensajes en la arena. El viento borraba el silencio. Pero, aquella tarde, nada pudo borrar las sonrisas de todos.

 Pero, aquella tarde, nada pudo borrar las sonrisas de todos

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