𝖶𝗁𝖺𝗍 𝗂𝗌 𝗒𝗈𝗎𝗋 𝖼𝖺𝗌𝗍𝖾?

147 20 6
                                    

[13°Cuál es su casta?]

Habían pasado varios meses en los cuales los síntomas del embarazo habían afectado al omega, el Alfa nunca lo dejó sólo e incluso se podría decir que se convirtió en su esclavo.

Durante los primeros meses los mareos lo hacían sentir que todo a su alrededor daba vueltas a cada segundo que pasaba, cuando llegaron los vómitos lloraba al no poder mantener la comida en su estómago.

No era secreto que el pequeño omega amana comer, que eso le sucediera sólo hacia que su corazón se apretara al pensar en no poder disfrutar de la comida como lo hacía tiempo antes.

Cada que sucedía algo ais el Alfa se acercaba a él y le susurraba cosas lindas para que parara su llanto, cuando esté se calmaba el Alfa preguntaba por qué lloraba y el omega le contaba paga al final volver a llorar sin razón alguna, justo como en ese momento.

El omega estaba sentado en el regazo del Alfa, tenía su carita escondida en el cuello del Alfa y se escuchaban sus sollozos, su pancita de ocho meses estaba pegada al abdomen del Alfa mientras una mano de este mismo daba caricias en toda la parte hinchada donde estaba su cachorro.

-Tranquilo omega, debes dejar de llorar para que me digas lo que sucede amor -hablo el Alfa con voz calmada

-E-es que y-yo te pedí pizza y-y la vomite -dijo el omega llorando aun más

-Esta bien amor, no te sientas mal, eso es normal, tienes a nuestro cachorro en tu barriguita y eso es algo muy normal, no hay de que preocuparse amor -tranquilizó el Alfa

-P-pero yo quería la p-pizza -dijo el omega entre llanto

-Te traeré más pizza amor, no llores por favor, si lloras nuestro cachorro se sentirá mal -dijo el rizado

Y como si eso fuese una palabra mágica el omega dejó de llorar enseguida, su cabeza salió del cuello del Alfa y sus manos fueron directamente a sus ojos para limpiar las lágrimas que estaban escurriendo aún de sus ojos.

-Ya no lloro, ves Alfa, ya no lloro -hablo como niño pequeño

-Si amor, lo veo, ahora, siéntate aquí y espera a que te traega tu pizza -dijo el Alfa intentando bajar al omega

-No!!! -grito el omega -cargarme y llévame contigo Alfa -ordenó con un puchero en sus rosados labios

El Alfa suspiro con una sonrisa y se acercó nuevamente al omega para tomarlo en brazos y empezar a caminar con el hasta la cocina, cuando llegaron ahí el omega aún se negaba a bajar del Alfa, este empezó a calentar la pizza con el pequeño omega en sus brazos.

Cuando la pizza estuvo lista ambos regresaron a la sala, el omega se acomodo en el regazo del Alfa y ambos empezaron a comer mientras veian la televisión.

Después de unos minutos el Alfa noto que el omega ya no tomaba más trozos de pizza y volteo a verlo, fue ahí cuando noto que el rubio estaba dormido y su rebanada de pizza estaba en su pecho. Con una sonrisa de ternura tomó el pedazo de pizza y lo dejó en la mesa, cargo al omega y lo llevó a la habitación donde se acomodo con él énfasis su pecho y se dispuso a tomar una siesta.

[°💐°]

Dos horas después el omega despertó al sentir algo acariciar su nariz causando cosquillas, abrió lentamente los ojos y parpadeo para acostumbrarse a la luz. Noto entonces que aquello que le daba cosquillas era uno de los rizos del alfa que tenía su cara enterrada en su cuello directamente en su fuente de aroma.

Acarició los rizos del Alfa que aún dormía y recibió un ronroneo como respuesta, sonrió ante eso y continuó acariciando el cabello de su Alfa hasta que esté despertó.

¿Mommy? «Narry» Original Donde viven las historias. Descúbrelo ahora