Unexpected Nanny [PJM & JJK] ° 2020

Capítulo 28 Parte 2

Anteriormente en mi vida:

Me mordió un murciélago, me vacunaron tardíamente contra la rabia, desarrollé síntomas físicos y psicológicos severos que me llevaron al borde del colapso. Unido a una fobia inmensa a cualquier mamífero (perro, gatos, etc). Cómo estoy? No lo sé. Trato de seguir día a día, aunque a veces se me hace difícil por la ansiedad y el miedo constante. Mi vida es un desastre ahora mismo, pero estoy tratando de vivirla lo mejor que puedo.

Si, me he demorado mucho en actualizar, pero para mí es algo positivo poder siquiera continuar escribiendo después de todo lo que he pasado. Así que ya saben, si no recuerdan lo que pasó anteriormente, pueden releer los caps. Espero que les guste. 😊

Tras el asentimiento de Jungkook, el tren comenzó a alejarse de la plataforma. Conformado por cinco vagones, que alternaban entre azul celeste y amarillo.

La locomotora, mucho más oscura, surcó las vías con velocidad uniforme, seguida diligentemente por otro foco luminoso, que apareció de la nada.

Jeon, ni siquiera prestó atención a su origen, embelesado ante el paisaje campestre ambos lados de las vías.

Hileras arborícolas a un extremo, y ganado vacuno en el opuesto. 

Diminutos hombrecillos granjeros, enfilados hacia el sonido vibrante del trasporte. Algunos próximos, y otros más alejados de los cruces de ferrocarril.

Sin embargo, Jungkook sólo pudo pensar, en el hecho que –con cada centímetro–, el tren se acercaba un poco más a su dirección. Y retrocedió dos pasos, inclusive, temeroso de haber quedado en medio del recorrido.

Aunque, a un metro de su posición, la locomotora redujo la velocidad, hasta detenerse por completo.

— La 1ra estación ya está aquí. — Park rompió el silencio lingüístico, sin quitar los ojos de la anatomía ajena. — Le nombré Picasso, en cuanto conocí de tu afición infantil. — el curioso apelativo flameó sobre la fachada frontal, justo cuando el tren se detuvo en el andén. — Tenías unos cinco años y decidiste pintar el mundo de arcoiris, porque presagiaba finales felices. Y en ésta parada, te daré un lienzo en blanco, y un set de pinceles. Para que termines ese boceto que dejaste inconcluso, y dibujes tu camino a la felicidad. — como si las palabras del piloto tuviesen autoridad, la luz que antes le irradiara, buscó la pared vecina, donde un caballete mediano, sostenía el cuadro inmaculado.

Jungkook ladeó la cabeza, escudriñando el objeto, con los ojos llenos de añoranza.

>> No importa si es conmigo, o encuentras a alguien más en quien volcar tus sentimientos. No mientras ese lienzo se llene de tus colores.

— Jimin... — casi había olvidado esos recuerdos. Desplazados por otros más recientes o apremiantes. Su yo de cinco años, tendido sobre el piso de la antigua casa familiar: los dedos manchados de un sinfín de tonalidades y concentrado en darle forma a alguna fantasía indeterminada. Ya fuese un paisaje campestre, o una batalla épica del birn y el mal. Su imaginación volaba libre, amenguando todo lo demás.