Capítulo 2

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Holis, regresé. Ando muy productiva estos días. Supongo que la inspiración me golpeó. Es algo corto, la continuación de lo ocurrido, para no dejarl@s con la incógnita. Disfruten. 😊

— Si, preciso alguien que atienda a Mingi, a tiempo completo. Y asuma los quehaceres domésticos. Paso días fuera por trabajo... No me siento cómodo con mi hijo rodeado de personas ajenas. Así que lo ideal, es contratar a quien pueda hacerlo todo. — Jimin explicó, observándole detenidamente.

— ¡Ah, terminé! — el chillido satisfecho del pequeño interrumpió a los adultos.  — ¡Estoy lleno! — sobó su panza ligeramente abultada, por debajo de la playera.

— ¿Cómo se dice? — su padre inquirió, afilando la mirada su dirección.

Mingi levantó la cabeza, sus ojitos puestos en Jungkook.

— ¡Gracias por la comida! — agradeció enérgico, tras entregar la caja vacía. Jeon se preguntaba si su mandíbula no dolería de tanto comer. Pero a juzgar por esa sonrisa permanente, la respuesta era negativa. — ¿Puedo venir mañana? — el cuestionamiento de Mingi, le lanzó directo a una encrucijada.

Y cuando acudió a Jimin en busca de ayuda, encontró una mirada de cachorro abandonado. ¿Es que la adorabilidad les venía de familia?

— Realmente, señor Park, no tengo experiencia en esa línea de trabajo, y menos como doméstico. — rascó su nunca incómodamente, sin saber que más agregar. Hasta que una idea inundó su mente — Además, soy un extraño, ¿cómo es posible que me ofrezca trabajo, así de la nada?

— Bueno, — ahora fue el turno de Jimin para sentirse inhibido — ... He cambiado tantas veces de niñera, que agoté agencias y opciones. Estoy desesperado. Por favor, Jungkook. Es mi única esperanza. A Mingi le gusta lo que cocina, y eso es algo difícil.

— Yo...

— También vivimos cerca de aquí. En ese edificio — señaló con su dedo índice, el condominio que Jeon espectaba fascinado casi a diario.

Éste, lógicamente, no pudo contener una exclamación asombrada tras la noticia.

— Vaya... — murmuró, su mirada aún clavada en el gigante de cemento.

— Y en cuanto la tarifa. Bueno... — las orejas de Jungkook –cual antenas parabólicas–, ajustaron su mecanismo, esperando conocer el hipotético monto si aceptaba la propuesta. Cosa que no haría. Sin embargo, no había daño en saber, ¿cierto? El hombre se acercó a su oído, cuidando de no dañar a Mingi, que asistía a la escena con ojos curiosos, aún apostado entre ellos. —Lo máximo que puedo pagar, es un millón de wons (900 dólares).

La cifra, despejó todas las dudas y reticencias de Jungkook acerca de sí tomar o no el empleo. ¿Qué tan difícil era cuidar de un niño, de todas formas? Pff, pan comido.

— ¿Cuándo empiezo...? — sus orbes redondos, buscaron los de Jimin, descubriendo una expresión risueña, en respuesta a su reacción caricaturesca. Y enrojeció de nueva cuenta. No quería parecer tan desesperado, pero realmente lo estaba. Con ese monto, podría fácilmente aumentar el importe de dinero a sus padres, cubrir sus gastos diarios, y ahorrar cierta cantidad con vistas al futuro. — Quiero decir... — carraspeó, tratando de enmendar cuidadosamente su desatino. — Suena como una buena oferta. Sería tonto no aprovecharla. Pero, ¿en serio me contratará sin más?

— No se preocupe, tomaré las medidas pertinentes. Soy muy riguroso con quienes dejo vivir en mi casa. — la voz de Park se endureció, y sus ojos, antes relajados, intensificaron su fulgor de forma casi insoportable. Jungkook no comprendía, por qué lograba intimidarlo tan fácilmente.

El hombre poseía una complexión bastante normal, cercana a la media, y una altura igualmente estandarizada. Nada que ver con esos sujetos hiper musculosos llenos de testosterona que exudaban peligro, y hacían correr en la dirección contraria tras sólo una ojeada. Pero, su mirada, guardaba una fiereza que nunca antes había visto.

— Oh... claro. — asintió, entendiendo la primera parte, — Espera, ¿dijo vivir?

— Por supuesto. Mingi no debe quedarse solo ni un momento. Será su responsabilidad cuidar de él las 24 horas. — finalizó sonriendo.

Que ingenuo. Jungkook mordió el anzuelo, dejándose convencer por los cantos de sirena en la superficie, pero encontrando un monstruo astuto en la profundidad del océano.

El dinero nunca cae del cielo, y él, se convertiría prácticamente en esclavo personal de un travieso pequeño que no llegaba siquiera a los cinco años, para conseguir el suyo.

Días después, acudió al lobby del condominio que prometía convertirse en su nuevo hogar; cargando una maleta mediana con sus escasas pertenencias, mientras esperaba la confirmación para acceder

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Días después, acudió al lobby del condominio que prometía convertirse en su nuevo hogar; cargando una maleta mediana con sus escasas pertenencias, mientras esperaba la confirmación para acceder.

¿Había hecho bien en aceptar?

¿Podría realmente con el trabajo?

— Señor Jeon, puede subir. El señor Park lo espera. — la joven encargada esbozó una sonrisa profesional, mostrándole el camino a los ascensores.

— Muchas gracias. — tras una reverencia de 45 grados, siguió la orientación. Las puertas doradas del primer elevador, emergieron a pocos metros. — Bien, ya no hay tiempo para echarse atrás. — y presionó el botón del panel metálico.

Una nueva vida le daba la bienvenida.





Este Jungkook. No aprende. Espero les haya gustado. Regresaré pronto, quizás mas rápido de lo que creen.

Bsos y un abrazo inmenso para, quienes siempre comentan. L@s amo 😘😘😘

 L@s amo 😘😘😘

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Unexpected Nanny [PJM & JJK] ° 2020Where stories live. Discover now