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Todo quedo en silencio desde que el blanquecino llego a la mesa, estaba con un suéter cuello tortuga y unos anteojos.

– ¿Qué haces aquí?– pregunto frunciendo el ceño– te creí en Busan con Jimin.

–No, Jimin está aquí de vacaciones con su novia y me entere temprano– se encogió de hombros– así que hablare mañana con él.

–Esta bien– asintió y luego sonrió– chicas...– llamo su atención– él es uno de los socios y mejor amigo... casi familia, Min Yoongi– este sonrió de lado– Min, ellas son Wendy y Amber.

–Un placer.

–Una pregunta– Wendy se inclinó viendo al chico blanquecino, asintió– ¿Estas soltero?

– ¡Wendy!– Chillo una Amber avergonzada por las ocurrencias de su amiga. Mientras que Hoseok solo reía y Min curvaba su boca.

–No, tengo una pequeña y chillona molestia en mi vida– Hoseok enarco una ceja– sí, jode demasiado para mi gusto. Así que no, no estoy disponible.

–Qué pena, eres tan guapo– Hoseok carcajeo mientras Amber se tapaba la cara– bueno, al menos nos queda el profesor.

– ¿Qué profesor?– pregunto con intriga.

Wendy le conto sobre el profesor nuevo y las clases que habían tenido aquel día, Hoseok escucho atento pero cada tanto cruzaba miradas con la chica cuyas mejillas estaban rojas. Tiempo después Yoongi se tuvo que retirar y estos quedaron riendo y probando todo lo que el castaño les daba.

Un poco más las doce Hoseok las llevo en su auto hasta la maravilla del puente del rio Han, había luces decorándolo y personas que pasaban tranquilamente. Aunque era una ciudad y había muchos habitantes para la chica se sentía tan tranquilo, la diferencia de su pequeño pueblo y esa ciudad eran enormes y aunque no lo dijeron en voz alta querían salir de allí.

Bebidas, comida, juegos y un Karaoke fue lo que les ofreció hasta que dieron las cuatro de la madrugada, debían volver muy a su pesar. En silencio observaban como los arboles eran dejados atrás gracias a la velocidad del vehículo del Cataño, Wendy se había quedado dormida y pido la despertaran al llegar. Por otra parte la bella Amber solo observaba como era regresada a su torre nuevamente.

–Prometo que te sacare nuevamente de allí– dijo tranquilamente cortando el silencio– quiero... que tu pequeño girasol seas feliz.

–No lo tomes a mal– jugo con sus dedos– pero que nos sacaras y ahora regresemos no me hace una ilusión muy grande– un silencio se hizo presente mientras ella pensaba como decirle que ella no añoraba pasear, sino ser libre– de todas formas... gracias por venir y arriesgarte.

Aun si tuviera algo que decir prefirió no hablar y dejar que el silencio quedara presente.

...

–Me dio tanta tristeza ver su rostro cuando te dejo en la ventana– el suspiro de la pelinegra hizo rodar los ojos de su amiga– parecía un cachorro.

–Teníamos que despedirnos, además tampoco podía quedarse– suspiro limpiando su frente del sudor– teníamos clase, Wendy. El comprendió... ¿Qué haces?

–Planto– se encogió de hombros mientras tapaba con tierra las semillas– quiero tener un mini jardín para nosotras, bebe.

– ¿De dónde sacaste... estas?– frunció el ceño al ver el paquete.

–Del restaurante– Amber parpadeo y tosió– tiene una tiendita de semillas, es lindo.

– ¡Porque cielos trajiste esto!– chillo en susurro– no queremos problemas.

–Nadie sabrá– resto importancia. El timbre sonó cortando la pronta pelea entre ella– a comer... querida Rapunzel.

Ambas caminaron mientras Amber regañaba a la pobre Wendy por traer evidencia de su salida nocturna junto al castaño.

El almuerzo estaba listo y las largas mesas estaban llenas por diferentes alumnas quienes comían charlando por lo bajo o simplemente en silencio. Ambas tenían su charola con el menú del día, caminaron aun discutiendo hasta la última mesa vacía del lugar, la pelinegra aguantaba cada carcajada que podía gracias a que las mejillas de su mejor amiga eran una gran distracción y método de burla.

–Buenas tardes señoritas– alzaron su mirada encontrándose con aquellos ojos azulados de su profesor – lamento interrumpir... ¿Puedo sentarme? – Asintieron robóticamente aun no creyendo que un profesor se sentara con ellas, pues tenían su propia mesa– las vi hoy muy entretenidas en mi clase ¿Qué tal? ¿Les gusta?

–Sí, de hecho estuvo muy entretenida–Wendy hablo mientras la castaña masticaba–quiero hacer un jardín pequeñito para mi habitación gris.

–Me alegra eso– se acomodó mirándolas – han pensado que harán al graduarse.

–Terminaremos siendo monjas corruptoras, el padre nos expulsara y seremos enviadas a este lugar para enseñar–resto importancia mientras su amiga se atragantaba– nada nuevo.

–Tiene una gran imaginación ¿Sabias?– el hombre rio– bien... no han... ¿No han pensado casarse y que este las saque de aquí?– ambas se detuvieron por un momento, luego, miraron al profesor.

–Lo siento profesor, pero ese no será nuestro método de libertad– Wendy se encogió de hombros. – en mi caso, no.

 – en mi caso, no

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Rapunzel 🌻Jung Hoseok🌻©Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ