Parte 9

1.8K 302 243
                                    

Por unos momentos el silencio fue cómodo, mientras Jiang Cheng solo recargo su rostro en el hombro del mayor, Lan XiChen por su parte quería transmitir sus sentimientos abrazándolo, parecía que sus palabras no eran escuchadas por el líder Jiang.

-Él me entrego su núcleo – La voz opaca por las lágrimas del líder, tenso un poco el cuerpo del jade -Yo, no lo sabía, ¿soy un malagradecido? ¿Debería disculparme? ¿Qué debería hacer? Debo entregarle lo que siempre fue suyo – Lan XiChen froto la espalda del joven.

-Lo que hiciste por él y él lo hizo por ti, lo hicieron sin esperar una retribución; para ti fue salvar a tu hermano, para él fue lo mismo; no debes agradecer, no debes disculparte. Estoy seguro que él se siente gratificado al saber todo lo que has logrado, gracias a su decisión, levantaste esta secta, cuidaste al joven Jin, yo creo que él se siente muy orgulloso de lo que te has convertido.

-Pero es suyo, A Huan, esto no es mío – Se distancio un poco y una fría lagrima se deslizo, Lan XiChen elevo su mano acariciándolo.

-Es tuyo, A Cheng, tu fuiste el que levanto esta secta, el que velo por la seguridad de Jin Ling, no fue un simple núcleo, de nada hubiera servido aquel núcleo si no es puesto en una persona adecuada- Lan XiChen siguió acariciando el rostro ajeno - A Cheng, no se mucho de medicina, pero sin duda sé que no cualquiera podría tomar un núcleo como suyo ¿lo has pensado? Debe haber cierta afinidad, el núcleo podía rechazarte, podía no ser fácil que lo siguieras cultivando, sin embargo, lo has logrado y lo has hecho tu solo, por cerca de 16 años ese núcleo ha estado contigo, tú lo has cultivado, es innegable que debió fortalecerse gracias a ti – XiChen dio una pequeña sonrisa y movió su pulgar por los pómulos del joven – Solo alguien como tu lograría una cosa como esa

-Lan Huan, pero... - Jiang Cheng no supo que más decir, la mirada del otro le transmitía un sentimiento que nunca había visto dirigido hacia él, entonces observando esos hermosos ojos cobrizos lo supo, supo que solo alguien como él podría entenderlo – Aun me siento culpable, creo que pude haber evitado.

-Era una guerra A Cheng, la muerte de tus padres, las discusiones de ellos, tampoco fueron tu culpa, cada uno toma sus decisiones, solo somos responsables de nuestras acciones, no de la de los demás – La sonrisa de XiChen tembló, su propio consejo se le aplicaba a sí mismo y algo confuso se insertó en su garganta., un silencio siguió y Jiang Cheng observo al mayor elevó su rostro y rozo suavemente su boca.

-Piensa en mí- Dio una delicada sonrisa y XiChen en su sorpresa asintió comprendiendo.

-De ahora en adelante, solo pensare en ti – Su cabeza se inclinó un poco más hasta que su boca estuvo a la distancia mínima, los labios del menor se curvearon acercándose un poco más, pronto su corazón fue acelerándose hasta que finalmente la distancia se cortó, el mayor fue el encargado de llevar el ritmo, mientras acariciaba suavemente la boca del otro.

Los dos siguieron un ritmo suave y tímido, inexperto por parte de los dos, solo guiados por un impulso de pertenecer, de que estar juntos era lo único necesario. Los dos eran el resultado de cosas que nunca debieron permitir, el resultado de verdades que debieron decirse, pero fueron ocultadas, de aquellos golpes y traiciones recibidas por la espalda, era un resultado inexacto de esas promesas que se hicieron por el camino y fueron rotas, eran esas disculpas que nunca pronunciaron y aquellas que esperaron, pero nunca llegaron, de todas las veces en que guardaron una ilusión negándose a afrontar una realidad inexplicable, una realidad que había sido cruel. Eran aquel retaso de ser, que quedaba una vez metían la mano al fuego por la persona equivocado y terminaban consumidos en llamas, eran aquel resultado de solo buenas intenciones que al final terminaron empeorando una situación. Ahora en aquel pequeño gesto podían sentir como sus almas desechas se construían ante la idea de que había alguien, alguien que tal vez no los reconstruirían, pero estaría ahí, mientras se armaban pieza a pieza.

Soñando en muelle de lotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora