Parte 23

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Lan XiChen sabía que su semana no sería alentadora, cuando cada noche en la entrada estaba el responsable hombre, aunque era algo molesto, a la vez había un sentimiento de felicidad con respecto a este, era el cuidado implícito que se ganaba Jiang Cheng, como si fuera la posesión más valiosa de Yunmeng Jiang, lo cual era cierto. Lan XiChen todas las mañanas se esforzó por llenar los nuevos dictámenes que tendrían las dos sectas por su unión, de su boda tampoco estaba muy enterado, su tío y los dos consejos eran los encargados de la ceremonia.

Faltaban dos días para la ceremonia y los dos consejos se presentaron ante cada líder respectivamente.

-Volveremos a muelle de Loto – Anunció Kao Dan inclinándose – El líder Jiang debe acompañarnos respetando la tradición, de acuerdo al clan Lan que los novios deben pasar tiempo a solas antes de unir sus vidas para siempre.

Lan XiChen asintió, usualmente era un mes, pero dado que todo fue tan rápido, supuso que dos días era un pequeño sacrificio, Wei WuXian también parecía irse con la comitiva, así que Lan XiChen trato de calmar su corazón, dos días, solo dos días y su mundo estaría completo, podría ver el brillo de los ojos amatistas de Jiang Cheng todas sus mañanas.

El líder Lan los despidió y Jiang Cheng le sonrió como si de esa forma pudiera asegurarle que esos días estarían bien, que esos días lejos no serían nada, pero XiChen tenía algo en su corazón, algo que no soportaba ni siquiera esa pequeña separación, la imagen de Sandu atravesando el cuerpo del líder lo hacía temblar, estaba bien todo, pero no podía evitar temer.

-Lan SiZhui – Llamo al joven que caminaba a su lado – Ve por el líder Jin y llévalo a muelle de Loto, que A Cheng no se quede solo – Ordenó y el joven se retiró.

Eso lo hizo calmar su corazón, al menos un poco y de nuevo se dirigió a su oficina, debía terminar de redactar el nuevo reglamento para que los discípulos Jiang y Lan se fusionaran satisfactoriamente, era difícil, su tío le había dicho todas las implicaciones de fusionar dos mundos tan diferentes, pero XiChen se negó a rendirse, debía haber una forma de fusionarlos sin atentar contra años de tradición y su mejor ejemplo era Lan JingYi, él podía ser tan diferente en el clan Lan y a la vez pertenecer a este, también sabia podría acomodarse fácilmente a Yunmeng.

-Gege – Esa voz lo hizo desestabilizarse, ni siquiera era la voz, era el apodo, nadie lo llamaba así, no había nadie, salvo, su cabeza se alzó para ver los ojos dorados de Lan WangJi, algo en su corazón se removió al verlos.

Su mirada abatida lo perforo fácilmente, sus túnicas blancas e impecables eran inexistentes en aquel momento, su cabello caía suelto sin ningún artefacto en su cabeza, ni siquiera la cinta de patrones de nubes estaba presente. XiChen estaba inseguro de que decir, de que hacer, porque la persona con la que había crecido, jamás la había visto así de vulnerable salvo dos veces y las dos veces solo atino a sobar su cabeza como si eso le diera la calidez que buscaba.

Los ojos dorados se llenaron de lágrimas y XiChen opto por ponerse en pie y tomarlo en sus brazos, era cierto que no tuvo el valor de asistir a su juicio, que no tuvo le astucia de preguntar que castigo había sido otorgado a su hermano, estaba preocupado, claro, pero tenía otras prioridades.

Sus manos recorrieron su espalda con suavidad, como si temiera que tuviera una herida abierta, los de Yunmeng daban castigos físicos, pero su hermano parecía no quejarse por su toque solo respondió el abrazo, lo cual fue extraño, pero si era sincero, Lan XiChen no recordaba la última vez que había recibido un abrazo de su hermano.

- ¿Tu castigo ha terminado? - Atino por preguntar pese al sonido de los jadeos del gran HanGuang Jun en su hombro.

-Terminara cuando mi hermano me perdone – Anuncio, XiChen lo alejó del abrazo y lo miro con suavidad.

Soñando en muelle de lotoOnde histórias criam vida. Descubra agora