🍃 Malhumor & Depresión 🌊 [ SaneGiyuu ]

VIII

-¿Por qué tienes que venir aquí Tomioka? ¿Piensas suicidarte sólo porqué no te dieron la comida que querías? -Gruñia Sanemi al ver al chico adentrarse en el bosque con un aura suicida.

Tomioka optó por no hacerle caso y se dirigió a un espacio dónde había bastante área verde y flores alrededor para buscar un árbol que lo tapara del sol, y se sentó allí, apoyando su cuerpo en el tronco.

-De veras te gusta estar sólo ¿No? Maldito.

-Sí.

Sanemi soltó un suspiro frustrado y se arrodilló al lado de Tomioka. -Mira estúpido, sólo quiero que cambiemos comida. A mi me gustan los ohagis, toma. -Dice mostrandole el salmón con daikon que tenía guardado y Tomioka volvió abrir los ojos emocionado

-¿DE VERÁS? - Pregunta cómo si fuera un niño pequeño

Sanemi frunce el seño y le entrega la comida, quitandole la bolsa que tenía Giyuu al lado suyo.

-Me largo.

-Disculpa... ¿P-podrías acompañarme? - Pregunta nervioso

-¿Para qué o qué? ¿No querías estar sólo maldito?

-Es que me gusta disfrutar de mi comida favorita en compañía. -Dice sonriendo a ojos cerrados. -Pero si no quieres está bien -Agrega ésta vez volteando su mirada a su comida.

Sanemi se sorprendió demasiado. ¿Tomioka había sonreído? Wuou, no creyó que su sonrisa se vería tan hermosa.

-Te acompañare sólo por qué te odio.

-Oh, muchas gracias, todos lo hacen igualmente. -Le dice sonriente, y saca su comida para empezar a comer. -Ge-ehsta muhy rico -Suelta con la boca llena y Sanemi seguía sorprendido.

¿Se veía adorable?

No

Se veía ridículo, totalmente ridículo.

-¿Y por qué te gusta mucho esa comida? -Pregunta mientras va comiendo la suya también.

-El sabor es exquisito, aparte de que, mi hermana me los preparaba de pequeño... Tsutako.

-¿Y dónde está?

-Ella murió...

-Oh, lo siento mucho no lo sabía -Trató de excusarse. Realmente no sabía eso, y ver a Tomioka poner una expresión triste lo hizo sentir un poco mal. A nadie le gustaría que le hagan recordar su pasado, y con lo bonito que se veía sonriendo... -¡Vamos, invitame un poco de tu comida, yo te invito la mia! -Dice tratando de animarlo, y se acerca dirigiendo su comida a su boca.

Ni siquiera se había dado cuenta de lo ridículo que se veía. Tomioka rió.

-Oye tú, maldito. -Quería mostrarse molesto, pero no podía con esa sonrisa. Le gustaba verlo así y no sabía porqué. Esa tarde, se la pasaron juntos, disfrutando y hablando de las cosas que más les gustaba. Allí Sanemi se dio cuenta que Giyuu, no era tan estupido cómo parecía.