🍃 Malhumor & Depresión 🌊 [ SaneGiyuu ]

XIV

—No puede ser...

—Nosotros nos peleábamos pero nunca hacíamos eso. —Hablaba Uzui sin poder entender lo que hacía Tomioka, le daba miedo saber que Kyojuro también podía haber echo eso. —¿O tú si lo hacías, solecito...?

—¿Qué? ¡Claro que no! Tengen, es mejor dejarlos solos.

—Pero Tomioka está mal, no puede hacer eso. Sanemi dijo que no habían terminado, sólo se habían tomado un tiempo, Tomioka las va a pagar —Dijo molesto y se acercó a la finca decidido a tumbar la puerta.

—No es nuestro problema Tengen —Dice Kyojuro deteniendolo. —, sí alguien debió haber detenido ello era Sanemi, pero él se fue. Eso quiere decir que ya no le importa, deja que Tomioka haga lo que quiera.

—Pero... 

—Nada de peros.

Tengen gruño por lo bajo y dejó que Kyojuro tomara su mano para empezar a ir a otro lugar.

—Vamos a comer ¿Sí?

—Esta bien. —Suspira —Sólo espero que Tomioka se de cuenta de lo que está haciendo y pare con ello, si no nuestros planes habrán sido en vano...

—Yo también lo espero.

Giyuu y Tanjiro no fueron detenidos.

El menor era quien tenía el mando, Giyuu simplemente trataba de seguirlo. Se echó encima suyo y aposicionó su cuerpo en medio de él, dejando que Tanjiro rodeara sus piernas en sus caderas, juntando e impidiendo su separación. Leves gemidos se escapaban de su boca y Giyuu fue profundizando su actuar, Tanjiro quería sentir más del peli negro, quería que perdiera el control, pero el oxígeno interrumpió el momento en medio de ello.

Giyuu separó sus bocas suavemente y notó al chico bajo suyo respirar agitadamente.

—Giyuu-San, por favor continúe... —Pidió envolviendo sus brazos en su cuello y juntando sus rostros —Puede hacer lo que quiera...

Tanjiro lo sabía. Sabía que Giyuu estaba con Sanemi, pero no le importó.

No le estaba tomando importancia a ello. Simplemente quería tener a Giyuu a su lado, quería que lo amara así cómo lo hacía él. Daría lo mejor de sí para lograrlo, así utilice ese tipo de métodos.

«No quiero verte nunca más, eres lo peor que existe»

Esas palabras resonaban en la mente de Giyuu.

«No vengas a fastidiar, ve con ese chico y esa niña demonio, eres repugnante.»

Sanemi no pensó cuándo le dijo aquello, pero Giyuu se sintió desfallecer al oirlas. Después de haber tenido la pelea en el bosque, el pelinegro había intentado hablar con Sanemi, pero éste se negaba a responderle y le lanzaba esas palabras para que no se acercara más.

No lo hacía con mala intención, Sanemi se sentía realmente mal haciendo eso, pero no podía actuar cómo si nada pasara después de lo que le dijo Tomioka.

«¡Me importa ese niño que tú!»

Realmente dolió.

Tengen y Kyojuro seguían ideando planes para juntarlos, pero Giyuu y Sanemi ya no caían en ellos. Toda la semana sólo estuvieron gritandose y reclamandose las cosas.

El amor que ambos se tenían estaba siendo reemplazado por odio, y Tanjiro se dio cuenta de ello.