"...Los primeros meses luego de roto el vinculo era tal el dolor que sentía que no podía respirar, como si su caja torácica se rompiera y su corazón se comprimiera. Lloro hasta que sus ojos no pudieron derramar mas lagrimas..."
Izuku es un alfa que...
Izuku que continuaba con su forma de lobo, se encontraba acabando con uno de los mafiosos, estos no dejaban de llagar como un verdadero "nido de serpientes". Dio una mordida a la mano de un beta que lo apuntaba con un arma logrando detenerlo.
El sonido del disparo de un arma llego a sus oídos, antes que pudiera reconocer el lugar de donde provena sintió el dolor abrazador del traspaso de la bala sobre su hombro. Por suerte solo lo rozo. El lobo se giro listo para desatar toda su furia a su atacante quien era nada mas ni nada menos que su jefe.
-Maldita bestia, siempre metiendo tu nariz donde no debe.- le grito y volvió a disparar.
Con un rápido movimiento el enorme lobo esquivo el disparo y con tres largas zancadas se abalanzo sobre su atacante.
- Señor Shigaraki que sorpresa encontrarlo aquí.- gruñio apretando con sus enormes patas en el pecho y la mano que portaba el arma.
No le tendría piedad, por su culta cientos de omegas sufrían. Todas las investigaciones terminaban inconclusas, nunca daban con el causante todo porque el maldita los estaba encubriendo. La furia se apoderaba del pecoso. Presiono con mas fuerza y el sonido de los huesos al romperse se escucho, el beta bajo él grito de dolor. Estaba listo para dar el golpe final cuando algo llamo su atención, levanto sus orejas y miro a su alrededor...
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Katsuki bajo corriendo del ascensor y abrió las puertas del reciento de un golpe. Al abrirse el olor penetrante a sangre lo golpeo. Frente a él se desarrollaba una escena de una película de terror o postapocalíptica. La sangre escurría por el piso y salpicaba las paredes, los cuerpos se retorcían en el piso y una jauría de lobos enfurecida recorría el lugar.
Sus ojos de abrieron estupefacto, entre el montón de lobos uno se destacaba, de enorme cuerpo y pelaje color negro. Exactamente igual a como lo había soñado ¿seria un sueño este?
Lo vio levantar las orejas y girar su cabeza.
-Mi alfa.- susurro en el caos a su alrededor.
Como si lo hubiera escuchado el lobo giro sobre si mismo y corrió hacia él. Como lo había soñado la bestia se acurruco en sus brazos chillando como cachorro. Aunque la realidad se encontraba lejos del encuentro de ensueños. El alfa estaba ensangrentado y apestaba muerte pero la sensación de estar a su lado le brindaba la paz que siempre estaba buscando.
-Tenemos que salir de aquí.- el lobo le hablo dulcemente.
-Tengo la llave del lugar.- Katsuki rebusco en su bolsillo y saco el dedo de Kirishima. El lobo lo miro como un cachorro confundido ladeando la cabeza hacia un costado, sin entender lo que decía.
Repentinamente el silencio reino en el lugar los lobos se agruparon alrededor del alfa expectantes por ordenes.
-Debemos salir de aquí antes que mas hombres lleguen, deben haber cientos en todo el edificio.- Jiro rompió el silencio.
