Cuéntales,
Te enamoraste por primera vez,
Sin darnos cuenta nuestro mundo cambié.
Sabes todo de mi,
No puedo estar sin ti.
Pero, cuéntales,
que no pienso rendirme esta vez,
y esa promesa que no te iba a perder,
no la voy a romper,
no la voy a rompe...
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- Cinco, seis, siete, ocho. -todos volvimos a hacer una de las coreografías generales.
Ya faltaba menos para comenzar a grabar. Casi diez días.
- Ok. Estuvo genial. Todo está tomando forma muy rápido.
- Eso es todo por hoy, chicos. Nos vemos mañana. -todos comenzaron a dispersarse.
Mientras tomaba mis cosas, Milo se acercó a mi.
- Vamos a ir a que nos pinten el cabello hoy, ¿no?
- Sí, claro. ¿Ahora?
- En un rato, obvio. ¿O quieres ir todo sudado?
- No, no. Solo confirmaba. -detrás de él, y al otro lado del estudio, vi a Emma con Lexi.- Te veo después, ¿bien?
- Claro, ve con tu chica. -estaba por ir, cuando escuché lo que dijo, y me giré a mirarlo.- Solo bromeo, hermano. A menos... que sí sea tu chica.
- Muy gracioso. -dije con sarcasmo, antes de ir con Lexi.
- Está bien. En serio. Puedo irme sola.
- ¿Sabes qué? Mejor no voy. Les diré a los chicos que no puedo.
- Emma, ¿qué es lo peor que puede pasar? Solo... tomaré un taxi e iré a casa.
- No estoy segura.
- Hola. -las interrumpí.
- Hola. -me dijo Emma, Lexi me saludó con un movimiento de mano.- Decidido no iré.
- Solo ve. Ya dejaste de lado a tus amigos, varias veces, por mi. Estaré bien. Confía en mi.
Ella la miró dudosa.
- Bien... Pero me avisas en cuanto llegues a tu casa.
- Yo te aviso, tranquila.
- Nos vemos, chicos.
Emma se alejó de nosotros, y fue con los bailarines lobo. Parecía que quería volver, pero solo se limitó a ver a Lexi, antes de salir.
- ¿Qué fue eso? -pregunté.
- Sus amigos la invitaron a algo, y no quería dejar que me fuera sola a casa. Mis padres están trabajando; mi hermano mayor está con el menor; y el otro también está trabajando. Ninguno podía venir por mi, así que... no quería dejarme sola.
- Bueno, puedo acompañarte. Tengo que ir con Milo, Zed, más tarde, pero no creo que tardemos tanto.
- ¿Vives aquí?
- No. Soy de Estados Unidos. ¿Por qué?
- ¿Conoces la ciudad?
- El centro, sí. ¿Por qué? -no entendía a que iban esas preguntas.