Cuéntales,
Te enamoraste por primera vez,
Sin darnos cuenta nuestro mundo cambié.
Sabes todo de mi,
No puedo estar sin ti.
Pero, cuéntales,
que no pienso rendirme esta vez,
y esa promesa que no te iba a perder,
no la voy a romper,
no la voy a rompe...
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Ver a Lexi jugando con Jolt, era muy adorable. Era... mi Lexi de siempre, solo que ahora la entendía perfectamente. Emma tenía razón. Esto no cambiaba nada.
— Al fin salieron de su habitación. —dijo Justin, mientras se paraba a mi lado.
Ambos estábamos en la puerta de su jardín, mientras Lexi entretenía a Jolt.
— Jolt quería salir, así que no tuvimos opción. —explicó.
— Supongo que tengo que agradecerle al perro. —eso hizo que lo mirara. Él estaba serio, mientras veía a su hermana.
— ¿Por qué no te agrada Jolt?
— Es complicado. Quien sea que se lo dio...
— Fui yo. —admití.— Cuando estábamos grabando, pasó el rato con mis amigos, y... vi como reaccionó de otra forma con Loui, el perro de uno de ellos. Me dijo que le gustaban los animales, pero que nunca tuvo una mascota. No creí que les molestaría.
— Sí, bueno... ya que. —en ese momento, Jolt se acercó a él.— No, anda con Alexa. No, vete.
— Jolt. —lo llamó ella, y al segundo volvieron a jugar.
Su padre tenía razón. Él no quería encariñarse con el perro.
— ¿Por qué no adoptas uno? —le dije cuando volvimos a mirar a Lexi.
— ¿De qué hablas?
— No quieres encariñarte con Jolt. Se nota. ¿Por qué no adoptas uno?
— No puedo. —aceptó suspirando.— Por mi trabajo, viajo mucho y casi no tengo tiempo. No creo que una mascota deba llevar una vida así. Por ahora estoy aquí, porque la chica con la que trabajo ahora mismo, dijo que "quería un descanso". La conozco, antes de diciembre va a querer sacar nuevos temas. No soporta estar tanto tiempo sin hacer música. Con los demás estoy trabajando un poco más a distancia. Pero... probablemente me regrese a Londres en enero.
— Tal vez... no uno grande, como Jolt. Pero si uno pequeño. Milo, mi amigo, tiene a Loui. Y, es del tamaño de Jolt... cuando se lo regalé a Lexi.
— No estoy seguro.
— Créeme que ayuda. Es la razón por la que he tenido... varios gatos.
— No hagas esto. —dijo de la nada.
— ¿Qué cosa?
— Esto. Se supone que, como el hermano mayor de Alexa, no me debes agradar. Deja de hacer que me agrades.
— Perdón. No puedo evitarlo. —dije riendo.
— ¡Pearce! —ahí estaba mi fan número uno.
— Dylan. —lo saludé rápidamente.
— ¿Vas a grabar aquí, otra vez?
— No. Vine a ver a tu hermana.
— ¿Te quedarás con nosotros? —me preguntó su padre.
