11

400 34 34
                                    

OK

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

OK. Me perdí. Me perdí en su mirada. No... no quería moverme.

Estaba... centrado en mirar cada centímetro de su rostro. Para mi era como si el tiempo se hubiera detenido.

Mis manos seguían en su cintura y pierna, mientras que la de ella estaba en mi hombro.
Estaba por... seguir mi propio consejo, y dejar que todo fluya.

- Lexi, necesito... -ambos nos separamos rápidamente, y miramos hacia la puerta. Había un chico allí.- ¿Y tú eres?

OK. Ese era el otro hermano de Lexi. Esa mirada de "quiero golpearte", era la misma que me había dado su otro hermano.
Entonces.
Este tenía que ser Justin, el mayor, me quería matar. Luego estaba Matthew, el segundo y novio de Emma, el otro que me quería matar. Después, Lexi. Y al final Dylan, el que era fan mío. Vaya... distribución de cariño para mi.

- Es... Pearce, trabaja conmigo en lo de "Zombies 3". ¿Qué... qué quieres? -dijo Lexi mientras se levantaba.

- Hola... -susurré. Por alguna razón, imité sus movimientos.

- Quería tu ayuda para la promoción de un videoclip. No importa. ¿Qué hace aquí?

- Solo... me acompañó a casa. Te ayudo en la noche, ¿bien? Estoy llegando tarde a mi ensayo. Vamos, Pearce.

Sujetó mi brazo, y me sacó de ahí.
Ninguno dejó nada, hasta que ambos estuvimos en el taxi.
Cada quien estaba... centrado en sus pensamientos.

Yo no podía dejar de pensar en lo que pasó... durante todo el día.

En la prueba de vestuario. Cuando... acomodó mi cabello. Estaba seguro de que ella no se percató de eso, pero, mientras ella movía sus manos sobre mi cabello, no pude dejar de observarla.
Yo sentía que todo estaba en pausa, hasta que ella se alejó.

Luego en su casa, cuando su hermanito mencionó que "yo era el novio de Lexi", no pude evitar mirarla. Su reacción fue... bastante intrigante, pero... bueno. Así era ella. A pesar de ser su amigo, ella me seguía intrigando.

Después, en su habitación. Cuando... cuando me abrazó y ambos quedamos muy cerca. Sentí lo mismo que en la mañana. Y ahora podía ver que ella sentía lo mismo. O al menos eso parecía. Me... miraba fijamente a los ojos.
Mi mente estaba... en otro lugar. Solo quería grabar... su rostro en mi memoria. Cuando de la nada llegó su hermano.

Ahora... podía detenerme a pensar en lo que había pasado.

Lo que me dijo Chandler ese día... no dejaba de dar vueltas por mi cabeza.
Mi mente y mi corazón tenían que estar de acuerdo. Y... hoy había pasado eso. Dos veces.
Entonces... ¿en verdad había pasado? ¿Había comenzado a sentir algo por Lexi, en cuestión de... casi un mes?
Chandler tenía razón, igual que siempre. Todos... tenían tiempos diferentes. Y... lo que... había desarrollado por Lexi, fue... rápido pero... estaba ahí. Mente y corazón estaban... con ella.

En cuanto comenzamos a introducirnos en el centro de la ciudad de Toronto, salí de mis pensamientos. Y la miré inconscientemente. Ella estaba muy distraída, mirando por la ventana.

Puse... mi mano sobre la de ella, pero no tuve reacción suya. Así que... me aventuré a... dar un paso más lejos. Permití que mi mano se desplazara sobre la de ella, y entrelacé nuestros dedos. Lexi quitó la mirada de la ventana, y miró nuestros manos, pero no dijo nada y volvió a ver lo que pasaba fuera del taxi.

OK... hasta el momento no la había asustado. Pero no me daba pistas sobre si podía... dar un paso más.

Mi mente y mi cuerpo volvieron a ponerse de acuerdo. Había algo claro que quería hacer.

- Lexi... -dije con suavidad.

Ella me miró con tranquilidad. Ahí sentí que mi respiración se volvía irregular. Tenía... miedo.

Me acerqué un poco más a ella. Bajé mi mascarilla, y luego bajé la suya.
La miré por unos segundos más, hasta que decidí... dejar que todo fluyera.

Me acerqué más, y dejé que nuestros labios se tocaran.
Solo eso. Solo... dejé que nuestros labios se juntaran, y... lo disfruté.
Ella no se movió, no se alejó.

Unos segundos, según yo, después, me alejé lentamente. Acomodé su mascarilla, y luego me acomodé la mía.
No tuve tiempo de hacer o decir algo. El taxista se detuvo. Estábamos en... un centro de animadores.

- Yo... tengo que irme. Nos... nos vemos. -Lexi me miró, antes de bajarse del taxi.

Luego el taxista retomó el camino, hacia el edificio, donde los del elenco nos quedabamos.

No podía... creer que había hecho eso.
Pero no me arrepentía. No, sí lo hacía. Tenía que haber elegido un mejor momento para besarla. No... un momento en el que, después, ella tendría que irse.

Pero no había vuelta atrás. Había pasado. Y... ahora estaba ansioso por ver lo que pasaría... a partir de ahora.

 a partir de ahora

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuéntales - Pearce Joza y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora