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Luego de que Mamá y Dylan se fueran, Pearce volvió a ir a su trailer para cambiarse, y yo hice lo mismo

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Luego de que Mamá y Dylan se fueran, Pearce volvió a ir a su trailer para cambiarse, y yo hice lo mismo. La tormenta se había calmado mucho. Ahora era muy suave. Apenas caían unas gotas.

Luego de cambiarme, tomé a Jolt en brazos, y fui a encontrarme con Pearce.
El perrito quería bajar de mis brazos, pero no podía dejarlo. No tenia alguna forma de mantenerlo cerca, si lo bajaba.

- Es tan tierno. -me dijo... Ariel acercándose a mi.- ¿Quién te lo regaló?

- Pearce.

- Que bonito gesto... ¿Tus padres no te dirán nada?

- Mi mamá ya lo vio, y dijo que no pasaba nada.

- Ah... ¿Ya te vas a casa?

- Iba a salir con Pearce, antes de irme.

- Ah, bueno. ¿Con Pearce, sí, pero con nosotros, no? -dijo en un... tono algo raro, y mientras sonreía.

- Milo quería hacer una fiesta, y... a mi no me gustan. Perdón.

- ¿Oí fiesta? -dijo Milo llegando.

¿Siempre estaba en todos lados, o qué?

- No hay fiesta, Milo. -le dijo Ariel.

- Aburridas... ¿Qué hay de ti, amiguito? ¿Te vienes de fiesta con Loui y conmigo? -le habló a Jolt.- ¿Es tuyo? -asentí.- ¿Cómo se llama?

- Jolt.

- ¿Por qué Jolt?

- Mi hermanito quiso llamarlo así.

- Oye, si lo necesitas, tengo una correa de perros extra. Te la podría dar. Por el momento... Jolt y Loui tienen el mismo tamaño.

- No por mucho. -me dijo Ariel.

- Pero por ahora te serviría.

- Yo... Gracias, Milo.

- No te preocupes. Voy por la correa y te busco. Nos vemos, chicas.

- Yo tengo que ir con Pearce, así que...

- Ya sé dónde encontrarte.

- Voy contigo, Milo. Adiós, Alexa.

Ambos se fueron, y yo seguí caminando para encontrarme con Pearce. Jolt ya había dejado sus intentos de bajarse.

- Ahí estas. -dijo Pearce, mientras corría hacia mi.- Por un momento pensé que me habías dejado solo.

- No, claro que no.

- Solo bromeaba. ¿Qué pasó?

- Me encontré con Milo y Ariel, es todo. Me va a prestar una correa de Loui, para Jolt.

- ¿Jolt? No sé por qué siento que el nombre lo escogió Dylan.

- Sí, él lo eligió. -Pearce comenzó a reír levemente.- ¿Qué?

- Nada. Me agrada tu hermanito. Aunque, yo a los otros dos, no tanto.

- No te harán nada, Pearce. Ya te lo dije varias veces.

- Las miradas de Matthew no dicen lo mismo.

- Ni siquiera conoces a Justin. Solo lo saludaste, cuando fuiste conmigo a mi casa.

- Pero era la misma mirada que me da Matthew. Como sea. ¿Vamos?

- ¿A dónde?

- Pues...

- Alexa, aquí está. -Milo llegó con... prácticamente todo el elenco.

- Ay, no. -escuché que susurró Pearce.

¿Qué era ese "ay, no"?

- Gracias. -le dije cuando me dio la correa.

- Te ayudo. -me dijo Pearce, mientras le colocaba la correa a Jolt.- En verdad, lo siento. Créeme que sí quería que solo fuéramos tú y yo. Pero... esto será imposible de controlar. -me susurró, antes de terminar con el perrito.

- Bueno... ¿y a donde vamos?

- Tal vez... ¿deberías preguntarle si quiere que salgamos, Milo? -le dijo Meg.

¿Qué estaba pasando?

- No, no. Ya entendí. No fiestas. Ok. No entiendo como es que no te gustan; pero entiendo que podemos hacer otra cosa. Vamos saliendo, ¿alguna sugerencia, Alexa?

- Yo... yo... yo... -estaba tan perdida, que no entendía como es que no me sentía como para tener una crisis.

Solo... todo pasaba tan rápido, que no lo estaba comprendiendo.
Hacía mucho tiempo que no reaccionaba así. Bueno, antes de la pandemia, esto me podía llegar a pasar. Era lo más cerca a una crisis que podía llegar a tener. Y eso fue en mi mejor momento.
Pero... la pandemia había arruinado eso.
Yo ya había vuelto a tener crisis. Acaso... ¿Matt tuvo razón y esto me había ayudado?

- ¿Alexa? Tierra llamando a Alexa. -lo siguiente que supe, era que tenía a Milo muy cerca, mientras movía su mano para llamar mi atención.

- ¿Eh? -dije mientras retrocedía algo asustada.

Esa cercanía fue muy sorpresiva.

- Te dije que no hicieras eso. -le dijo Pearce.

- Ok... ¿Qué tal si lo vemos mientras vamos saliendo? -dijo Chandler.

- Bueno idea. Vamos, chicos.

- Perdón. -dijo el Matt de Zombies y Ariel, mientras pasaban frente a nosotros.

Meg me dio una sonrisa tranquila. Y los demás... pues siguieron a Milo.

- Cuando Milo dijo que ya habían quedado de hacer algo por tu cumpleaños, me pareció raro. Intenté detenerlo, pero cuando a Milo se le mete algo en la cabeza, nadie puede sacárselo. En verdad, lo sentimos. Al menos... Meg, Ariel, Matt y yo.

- Está... bien. No te preocupes. -le dije.

Ella nos miró por última vez, antes de alcanzar a Matt.

- Lexi... te juro que lo siento. No... no sabía que esto iba a pasar. Ninguno de los  chicos sabía que íbamos a salir. Perdón...

- Está... bien. En serio.

- Tal vez para ti, pero no para mi. Quería estar solo contigo. -dijo mirándome... de una forma muy tierna.

Solo reaccioné acercarme un poco a él. Rápidamente, entendió lo que quería. Me abrazó, con cuidado, por el perrito.

- Ya te dije que está bien. También quería ir solo contigo. Pero... ahora supongo que me quedaré cerca de ti. -él me sonrió levemente, antes de besarme.

- Hay que ir con ellos, antes de que elijan hacer algo que no te guste. -me besó otra vez, antes de tomar mi mano, e ir con los demás.

 -me besó otra vez, antes de tomar mi mano, e ir con los demás

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Cuéntales - Pearce Joza y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora