¿Qué se siente?

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ANGIE POV

Acelere el paso en cuanto divise la puerta del aula en la que me estaba esperando German. Se me habia olvidado que teníamos tutoría y justo a la mitad del camino a mi casa me di cuenta de que el chico seguramente me estaría esperando sentado; con la esperanza de que llegara. Sin precaucion alguna di la vuelta y volvi corriendo al colegio, esperando que German no se hubiera ido. Al estar al pie de la puerta me acomode el cabello y la blusa, con lo rápido que habia corrido estaba casi segura de que lucia como una salida de manicomio. Después de disminuir el latido de mi corazon abri la puerta y evidentemente lo encontré sentado en el escritorio de hasta adelante, con la mejilla apoyada en la palma de su mano. Estaba aburrido y no lo culpaba, llevaba mas de media hora esperándome.

-Lo siento, se me olvido que hoy teníamos reforzamiento- le dije siendo sincera, mientras me apresuraba a sentarme a su lado.

El chico no respondio simplemente continuo observando el escritorio, como si este fuera la cosa mas interesante del mundo. Lo observe con el se;o fruncido, sin entender porque estaba tan- lo que ahora entendia como- pensativo.

-German- lo llame serenamente pues no lo quería asustar.

El chico tarde en girarse a verme. Tenia ojeras enormes y sus ojos estaban apagados. Sentí como un profundo pesar se apoderaba de mi al saber que seguramente seria por su familia. German era un chico fuerte, eso aparentaba siempre pero cuando algo enserio lo golpeaba no podia evitar exteriorizarlo. Hoy habia estado callado y distraído toda la clase. Era química y en el ultimo periodo de clase. No esperaba que los alumnos estuvieran con la energía a cien en ese periodo pues lo único que quieren es salir corriendo de la escuela. Habia entendido su ausencia como cansancio pero ahora sabia que iba mas lejos que eso.

-Que te pasa?-le pregunte viéndolo a sus oscuros y penetrantes ojos.

El solto un suspiro y se reincorporó en la silla.

-Tengo sue;o- respondio sacando su cuaderno- es todo.

Lo vi preparar todo lo necesario para recibir la lección, en silencio. "Por Dios, no quiero ni imaginar que habrá pasado el dia anterior" pensé de tan solo imaginar miles de situaciones violentas.

-Sos un asco mintiendo- le dije sin tener ningún contacto visual pues me estaba evadiendo.

El chico sonrio ladeadamente y se giro a verme.

-Ah si?-me pregunto animandose un poco mas.

-Si- le dije viéndolo con las cejas alzadas- asi que contame que es lo que te causo tanto sue;o.

Al mencionar la ultima palabra dibuje unas comillas en el aire que le arrancaron una risa leve y grave. El pelinegro observo el escritorio por unos segundos como dudando entre decírmelo o no. A veces deseaba que depositara toda su confianza en mi. Al saber su historia el corazon se me habia desgarrado y lo único que habia querido hacer desde entonces era ahorcar a su padre por hacer de su infancia algo insufrible. No podia verlo mal. No a el.

-Hey, podes confiar en mi- le dije poniendo mi mano sobre su antebrazo apoyado en el escritorio, demostrándole que no tenia que temer.

German volvió a suspirar y me observo dudando. En ese momento me perdi en sus ojos como ya habia hecho bastantes veces aunque no quisiera admitirlo. El ojioscuro tenia miedo, confusión, odio y deseperacion; lo podia leer en sus ojos. Esos ojos que conocía bastante bien como para no dejarme ser anga;ada por rastros de cualquier otro sentimiento. Sabiendo que aun no confiaba en mi enteramente presione su brazo en un gesto afectuoso, dándole apoyo hasta que al fin se atrevio a hablar.

-Odio estar en mi casa- confeso viéndome con seriedad.

Me erguí en la silla. Si, tal y como lo habia pensado su problema era su familia. Si yo tuviera que vivir el divorcio de mis padres, el que mi padre golpee a mi madre y una crisis económica también estaría asi; o aun peor.

En mi propia trampaWhere stories live. Discover now