Acordate de mí

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ANGIE POV

Se sentía como una caída libre. Esa sensación de vacio en tu estomago. Trague con fuerza e intente hallar cualquier indicio de broma en el rostro del chico pero solo encontré seriedad. Estaba hablando enserio. Movi mis hombros en un intento por liberarme de el, hasta que me aleje lo suficiente como para tomar aire. Sentía que me moria por dentro, no podia ser verdad. Era solo una ridícula suposición de German para hacerme romper con Leonardo.

-No puedo creer que tengas que llegar a ese nivel para conseguir lo que queres- musite con dificultad pues lo que me habia dicho me habia robado el aire.

Sin dejar que abriera la boca de nuevo abri la puerta y entre de una buena vez. Podia escuchar sus pasos tras de mi y me arrepentí de no haberla cerrado tras de mi. Estaba enojada con el, era tan egoísta.

-Angie, no te miento!- exclamo el pisándome los talones- estaba en el cine y lo vi. Tiene un anillo y... y... su hija es idéntica a su esposa...

Esas palabras fueron como dagas dirigidas al corazon, veneno para el alma. Cada palabra me dolia mas que la anterior y tuve que reunir fuerzas de donde no las tenia para no sacar a patadas a German. Eso ya era demasiado.

-Pues te equivocaste de persona, ok? Leonardo esta de viaje, regresa ma;ana por la ma;ana- a;adi mientras seguía caminando, atravesando la sala- el mismo me lo dijo.

-No, eso es lo que quería que creyeras. Estaba en el cine, con su hija y su espo...

-Bueno tal vez lo confundiste con alguien mas- conteste con frialdad, esto ya me estaba cansando.

-No, era el. Estoy seguro yo lo vi la noche anterior, estaba sentado cerca mio y su hija...

-Basta, ok?! No quiero seguir escuchando tus mentiras-exclame dándome la vuelta para encararlo.

Para mi sorpresa estaba mucho mas cerca de lo que pensaba estaba de mi. Su rostro reflejaba aflicción y dolor. Me dolia el que me mintiera, el que quisiera manipular las cosas a su favor como era su santa costumbre; pero lo que mas me dolia era el que yo creía que habia cambiado. Pensé que ese German egoísta y orgulloso ya no existía, ese German que ponía su bienestar antes que el de cualquiera. Crei que habia cambiado, pero el ver que seguía haciendo lo mismo con la gente que lo queríamos me dolia por dentro. El se acerco aun mas a mi y me tomo por los hombros.

-Escúchame, por favor- me suplico haciendo una leve presión en mis hombros- conduje desde el cine hasta tu casa porque quería que te enteraras por mi y no de la peor manera. No quiero que sufras, por eso es que vine ...

-Pues muy tarde- lo interrumpi quitando sus manos de mis hombros- porque me estas lastimando.

El trago fuere y prefirió tomar distancia. En sus ojos veía preocupación pero no sabia si era sincera o no. No quería creerle, sus palabras habían trastornado mi realidad, la habían transformado en una pesadilla y me habían sacado de mi zona comoda, el lugar en donde me sentía a gusto y segura. Me negaba a confiar en German pero no posia ignorar el hecho que muy dentro mio crecía una corazonada indicándome que debía creerle. Que lo que German decía era verdad.

-Vos enserio crees que te mentiría para conseguir lo que quiero?-me cuestiono con una vos serena que escondia desesperación.

Lo observe sin saber que responder. Ese German era el que habia conocido toda mi vida, desde un principio. El German que era mala persona. En mi mente recordé a cuantas chicas habia dejado plantadas y con el corazon roto, sin importarle nada. Me pregunte si ese seria mi caso. No quería ser enga;ada como todas ellas, no quería ser el juguete de German Castillo una vez mas. Esta situación era mas de lo que yo podia tolerar, el pelinegro me estaba obligando a partir mi corazon en dos. Me hacia querer creerle a el, pero seguir confiando en que Leonardo no me enga;aria.

En mi propia trampaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora