VII

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El día en que Jinsoul comenzaría sus sesiones con la fonoaudióloga, la pelinegra estaba notoriamente nerviosa.

Durante el viaje de casi veinte minutos hasta el consultorio, tanto Jungeun como la señora Jeong intentaron relajarla un poco, aunque apenas lo lograron.

Por más que sabía que no era nada malo, Jinsoul tenía miedo.

Al llegar a la puerta y ser atendidas por una joven mujer de sonrisa amable, sólo la saludaron y ambas se despidieron de Jinsoul con un beso en su frente, que hizo a la chica tener una sonrisa vergonzosa.

Para esperarla, Jungeun y su madre postiza fueron a una cafetería cercana, eran casi las seis de la tarde así que estaban a tiempo para merendar.

Ya con sus cafés, y aprovechando que podía hablar tranquilamente con la señora Jeong, Jungeun no se contuvo en ser sutil:

— Jinsoul no quiere decirles a Yerim y YeoJin de su tumor.

La mujer tardó un momento en responder, evidentemente dolida, por su silencio, Jungeun se sintió un poco mal, supo que había sido inapropiado decirlo así.

— Jung... ¿Tú no tienes algo de lo que en serio no quieras hablar? ¿Algo que te duele tanto que no quieres decírselo a nadie?

La rubia pensó la pregunta un momento, asintió lentamente, si tenía cosas que se guardaba sólo para ella, como todos.

— Bien, ahora, imagina que eso que no quieres decirle a nadie, está representado físicamente como un problema— dijo la mujer—. Cómo lo que tiene Soullie, por ejemplo.

JungEun sólo la miró, sin saber qué decir.

— El tumor de Jinsoul apareció cuando ella la estaba pasando realmente mal... _ la vista de la mujer se había perdido en los recuerdos—. Nunca había visto a una niña odiarse a sí misma, sentir tanto miedo y ansiedad... Y luego cuando estuvo rodeada de doctores y agujas, todos los días de hospital. Ella sufrió mucho.

Las manos de la señora Jeong temblaban ligeramente, Jungeun se sentía mal por hacerla hablar de eso.

— Por más que pudieron controlarlo, o que al cambiarla de escuela la pasó un poco mejor... El tumor para ella es como un recordatorio constante, algo que sigue allí, que la hace sentir mal porque vuelve a sentir todo lo que sufrió por ese tiempo— continúo la señora Jeong, la mirada volvió a los ojos de Jungeun—. Creo que su miedo a los doctores, consultas, hospitales... Todas esas cosas, también se deben por todo ese tiempo. Pero, respondiendo a lo que dices, Jinsoul no le gusta hablar de eso porque se siente mal... No la culpes.

Jungeun asintió, comprendió aquellas palabras, aunque una parte de ella creía que sus amigas merecían saberlo.

El teléfono de la mujer comenzó a sonar en su bolso, y ella se apresuró a sacarlo, viendo que era la fonoaudióloga, frunció un poco el ceño, el turno de Jinsoul no había terminado aún, le debían quedar al menos media hora.

— ¿Hola? — dijo, con el aparato al oído, su expresión cambió de golpe, Jungeun sólo pudo escuchar el tono de voz alterado del otro lado de la línea, sin escuchar nada de lo que decía.

Vió a la señora Jeong levantarse, para sacar torpemente su cartera y dejar unos billetes sobre la mesa, mientras continuaba hablando rápidamente con la mujer:

— Es un ataque de pánico, intente calmarla, iré allí ahora mismo.

Le hizo señas rápidas a Jungeun, aunque no la esperó mucho para salir de la cafetería y casi correr hacia el auto, la joven apenas tuvo tiempo para tomar su abrigo e ir tras la mujer.

ʟᴏᴜᴅ [LipSoul]Where stories live. Discover now