XXXIV

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— ¿Y Kahei? — preguntó Jungeun cuando fue hacia el comedor, viendo que seguía siendo ellas tres.

Yerim parecía ofendida, y se encogió de hombros como si no tuviera importancia.

— Se fue con Haseul— respondió YeoJin sin más.

Jungeun iba a comentar algo, pero notó a Jinsoul negar y permaneció en silencio.

— ¡Niñas! — la señora Jeong apareció desde la cocina, con una sonrisa alegre, mientras secaba sus manos con un trapo—. Las pizzas están listas, ¿Alguna quiere ayudarme a traerlas? Jung ya hizo bastante.

La castaña sonrió con suficiencia, y volteó para mirar a Yerim, quien se dió cuenta de que todas las miradas habían caído en ella, sin decir nada, se levantó para ir a la cocina siguiendo a la señora Jeong.

Jungeun se sentó junto a Jinsoul, tomando su mano con cariño.

— ¿La estás pasando bien? — le preguntó.

Jinsoul hizo una mueca.

Casi no estuviste con-migo— murmuró la peliazul.

Jungeun dejó un pequeño beso en su mejilla.

— Lo sé, bebé, pero no quiero que hagas nada en tu cumpleaños, por eso lo estuve haciendo yo— sonrió un poco.

Jinsoul quiso decirle que no era necesario, que lo podía hacer ella misma, o que lo podían hacer juntas, pero su novia no la dejaría, Jungeun siempre quería hacer todo por ella.

— Jinsoul, ¿Recuerdas que te comenté que estaba buscando trabajo, no?

Jinsoul tardó un momento en recordar esa conversación, una de las tantas que tenían antes de dormir, cuando lo hizo, asintió.

— Pues, cuando consiga uno, voy a estar menos tiempo contigo, o en casa, puede que incluso vuelva muy tarde— dijo, notó a Jinsoul abrir sus ojos un poco de más, con lo que parecía preocupación—. Lo que quiero decir, es que no siempre vamos a estar tan juntas como estamos ahora, y te pido que no te sientas mal por no estar en todo momento contigo.

Jinsoul sólo asintió, Jungeun notó su vista bajar, mirando su regazo, un pequeño puchero se marcó en sus labios.

La idea de estar lejos de Jungeun por ocho horas, horario promedio de trabajo, no le gustaba, y en parte le asustaba por si volvía a tener algún ataque de pánico y Jungeun no estaba para consolarla.

— ¡Dejen los cariñitos! — gritó Yerim, volviendo de la cocina, haciendo que Jungeun saltará un poco por el sorpresivo grito, la vió cargando una bandeja con la pizza ya cortada, dejándola en la mesa sin mucho cuidado—. Coman algo que no sea sus labios por una vez en el día.

Jungeun frunció el ceño, molesta por esa clase de comentarios de su amiga.

Notó a la pelimorada reír por su expresión, la chica se acercó a ella para tomar su mentón y alzar su rostro un poco, Jungeun pensó en gruñirle, pero una mueca molesta le reemplazó.

— A menos que quieras comerme a mí, linda— Yerim le guiñó un ojo.

Escucharon risas y Jungeun apartó a Yerim a manotazos.

— Ni con YeoJinnie eres tan cariñosa, idiota— dijo la castaña, a lo que Yerim se encogió de hombros con una sonrisa, tomando una porción de pizza antes de sentarse.

— Es que nunca puedo competir contra tí, Jungeun— dijo YeoJin, acercando su silla hacia la mesa—. Yo dejaría a Yerim por ti, eres más linda— añadió, sólo para molestarla.

Jinsoul rió cuando vió el rubor subir a las pálidas mejillas de Jungeun.

— Qué amigas más molestas— murmuró la mayor, antes de morder generosamente una porción de pizza, esperando que con la comida las demás se callaran.

ʟᴏᴜᴅ [LipSoul]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن