XVII

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—Yerim, ¿Qué crees que pueda regalarle a Jinsoul?

Jungeun cargaba el celular junto a su oreja mientras sostenía su mentón con la otra, en gesto pensativo.

Estaba esperando a que Jihyo pasará a buscarla, ya que ese día estaba dignada a al menos comprarle una linda tarjetita a Jinsoul y quizás un bobo álbum de fotos de ambas.

Si no podía regalarle algo al nivel que la chica merecía al menos lo haría al nivel de la cursilería.

Espera que te pongo en altavoz —escuchó decir a Yerim —. Estoy con YeoJin, tres cabezas piensan mejor que una.

No sé si ustedes dos llegan a hacer dos cabezas, quizás una —escuchó decir a la castaña —¡Ah! No me pegues...

Jungeun rió un poco por aquellas dos.

Ambas habían sido amigas desde la infancia, y por más que ahora eran pareja se seguían comportando como amigas la mayor parte del tiempo.

Ayuda un poco, YeoJin —pidió la mayor de las dos —. Tú te llevas más con Jinsoul que yo, ¿Qué se te ocurre?

Pasaron unos cuantos segundos en silencio, en los cuales Jungeun miraba a cada lado de la calle en búsqueda de cual sea el auto de Jihyo.

La chica le había dicho que llegaría en diez minutos hacía media hora.

No tengo idea —dijo YeoJin finalmente.

Bien, gracias por tu ayuda, eres genial —dijo Yerim con sarcasmo.

No me hables así.

—YeoJin, dile que la dejarás si sigue con esa actitud de mierda —dijo Jungeun, metiéndose en la conversación.

Me iré con Jungeun y Jinsoul si sigues así —habló YeoJin, en tono serio, haciendo a la rubia reír un poco.

Calla —dijo Yerim, sin caer en la broma como lo había hecho la primera vez —. Si no se te ocurre nada, Jung, yo puedo hacerle el regalo a tu nombre, tengo todo en mente, algo que ambas necesitan.

—¿No estarás pensando en-

¿Te va eso de las orejas de gatito?

—¿Qué? —Jungeun no entendía de que mierda estaba hablando su amiga.

No importa, a todos les gustan las orejas de gatito... Bien, ahora algo muy importante, dime como la visualizas, así el ideal-

—¿Visualizar qué, Yerim? ¿Qué dices?

Como visualizas a Jinsoul, idiota, dime... Orejitas de encaje o de las de pelo sintético, esas que son horribles y pican cuando-

—¿Jinsoul con orejitas...? Oh, ya —Jungeun se cubrió el rostro con vergüenza, ya entendiendo a lo que se refería su amiga...

¡Es algo básico, sister! Todos necesitan unas buenas orejas de gatito... Y pastillas anticonceptivas, por si acaso, no queremos niños todavía, somos muy jóvenes-

—Yerim...

¿Tienen lubricantes? ¿Vaselina al menos? No importa te daré todo lo necesario-

—¡Yerim! No le voy a regalar a mi bebé Jinsoullie algo así, falta que también me digas de esposas o arneses o no sé qué...

Oh, eres del sadomasoquismo, bien, lo tendré en cuenta.

—¿Qué? ¡No!

La repentina e insistente bocina de un coche la hizo mirar hacia todos lados, hasta encontrar con la mirada una patrulla de policía, y Jihyo saludando desde adentro. Frunció el ceño al ver aquello.

—Tengo que irme, Yerim, YeoJin, adiós —dijo, y no esperó una respuesta antes de cortar la llamada.

ʟᴏᴜᴅ [LipSoul]Where stories live. Discover now