XXXII

212 38 4
                                    


Mgh... Jung~— murmuró la menor con dolor, tenía el rostro caliente y perlado en sudor.

Jungeun paró para mirarla con algo de pena.

D-Duele... — se quejó, pequeñas lágrimas estaban atrapadas en los bordes de sus ojos.

La mayor tomó su mano, en muestra de apoyo, dejando caricias, esta también estaba sudada.

— Ya casi, bebé— la alentó—. Aguanta un rato más.

Mmm~ — murmuró con dolor, apretando sus ojos con fuerza.

Jinsoul suspiró con fastidio.

Jungeun nunca le había dicho que decolorar su cabello podía doler tanto.

Por su fiesta de cumpleaños, y porque querían ese cambio desde hacía bastante, ambas habían ido a la peluquería por su nuevo look.

Por lo que tenían entendido, sus otras dos amigas debían estar en lo mismo, y de alguna manera, Jinsoul deseaba que alguna de las dos sufriera como ella, ya que su novia la estaba pasando bastante bien.

La mayor la tenía más fácil, sólo había que colocarle el tinte que había elegido, (ya que su cabello rubio, decolorado unas semanas atrás, estaba a su favor) un lindo tono de castaño claro, que tenía que dejárselo una hora antes de lavarlo, y mientras tanto jugaba con su celular.

En cambio, Jinsoul optó por un azul oscuro, y tenía que decolorar su cabello por al menos cuarenta y cinco minutos para poder bajar su color negro natural antes de la tintura.

El tiempo pasó y la menor vió a Jungeun ir hacia la sala contigua, guiada por una chica del local, a lavarse el resto de tintura.

Sonrió cuando, al salir su novia, la llamaron a ella, no pudo evitar suspirar de alivio al sentir el agua, más bien fría, calmar el ardor de su cabello.

Aún tenía una hora más para esperar, entre que le colocaban la tintura a Jinsoul, la dejaban reposar y luego la quitaban, así que luego de que secaran su cabello, Jungeun fue por algo de comida para las dos, ya llevan un rato largo en esa peluquería y tenía hambre.

Al volver, Jinsoul ya le habían colocado su tintura, y acercó una silla para sentarse junto a ella mientras comían de una bolsa de papas fritas.

Notó a su novia mirar su cabello con ojos brillantes, encantada por el color.

Jungeun le dedicó un guiño, haciéndola reír un poco.

Ya una hora después ambas estaban listas, libres para irse, aunque se quedaron un momento viendo la nueva apariencia de la otra con una sonrisa boba en sus rostros, totalmente enamoradas.

ʟᴏᴜᴅ [LipSoul]Where stories live. Discover now