XV

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— Estuve con YeoJin— dijo Yerim con simpleza.

— Ya era hora de que tuvieras relaciones, Yerim.

La castaña frunció el ceño, mirando a Jungeun de mala manera.

— ¿Qué quieres decir con eso?

— Que eras tan virgen que te decían María.

Yerim golpeó el brazo de su amiga, aunque sólo logró que Jungeun riera.

— ¿Y tú qué sabes si no tuve relaciones con alguien más antes?

— Te conozco desde que tienes catorce, Yerim, y a menos que hayas tenido una antes de que seamos amigas... Lo hubiera sabido.

Yerim no tuvo más para decir, así que volvió su vista al yogurt de pote en sus manos, aún por la mitad, revolviendo en contenido con la cuchara.

Estaban en un descanso antes de ir a clases de escenografía, en caso de Yerim, y de su taller de composición, en caso de Jungeun, y sólo quedaba que la castaña terminara su aperitivo.

— ¿Qué tal lo pasaron? — preguntó Jungeun.

Yerim sonrió un poco, aunque intentaba disimular su alegría.

— Aún me duelen las manos— dijo, haciendo reír a su amiga—. Pero estuvo... Bien, sí, muy bien— rió con algo de nervios—. Y... ¿Tú con Jinsoullie?

Jungeun se encogió de hombros.

— No realmente— dijo, por lo bajo—. No tuvimos ese tipo de relaciones... Jinsoul no se siente lista, respeto eso, así que no lo hicimos.

Yerim asintió.

— Aunque ella necesita más un apoyo moral— continuó Jungeun—, amoroso, ya sabes, más de cariño... Que alguien para follar. Quiero ser el tipo de persona que ella necesita.

Yerim no respondió, ante el silencio, Jungeun se giró hacia ella, para ver su expresión, la chica sonreía tan ampliamente que parecía que en cualquier momento estallaría en risas.

— ¡Qué frase, Kim Jungeun! — Yerim comenzó a reír y a aplaudir, haciendo que Jungeun se ruborizara por hacer semejante escena—. Te quejas de que me afectó el teatro, pero tú con tus composiciones ya te pegaron las palabras bonitas.

Jungeun la golpeó un par de veces para que dejara de hablar, hasta que la castaña tomó sus muñecas para que se detuviera.

— Ya, ya, pareces una gatita enojada que araña— dijo Yerim, aún con una sonrisa.

— Te voy a arañar la cara.

— Gatita mala— se burló, soltandola.

JungEun acomodó su ropa con el ceño fruncido.

— Bien, Jungeun, lo siento— dijo la castaña, notando lo malhumorada que se había puesto la chica—. Está bien, hablando en serio... Cada uno tiene su tiempo, y creo que lo que dices es muy lindo.

Jungeun volvió a ruborizarse, y Yerim intentó pellizcar sus mejillas, sólo para lograr que la rubia la apartará bruscamente y la mandara a la mierda.

ʟᴏᴜᴅ [LipSoul]Where stories live. Discover now