Cuarto Mes

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Capitulo X: Visitas inesperadas.

Harry de sentía estúpido y idiota al ni mandar una carta a sus suegros explicando la situación de Draco. Lo bueno es que solo recordó antes de ir a la playa, ¿Te imaginas que tus suegros no sepan que su hijo está embarazado? Hasta ahí llego la vida del elegido.

Aunque su relación con suegra era muy buena realmente, Narcissa era una mujer muy amable e elegante que sin duda se miraba muy bien en cada ocasión. Era una mujer que le encantaba estar elegante en todo momento, eso le daba aveces miedo, incluso en la guerra se miraba elegante. ¿Como lo hacia? Ni idea mínima.

Su suegro era un hombre reservado y serio, aveces pensaba que no tenía emociones. Recordó que al enterarse que salía con Draco casi se desmaya, aunque no estuvo de acuerdo en su relación por mucho tiempo, actualmente no le importaba mucho, solo que Draco fuera feliz. Sabía que Lucius de algún modo quería a Draco, de una forma tanto peculiar, pero lo quería.

Lo que menos esperaba el 2 de diciembre a las cuatro de la tarde, escuchar a su esposo gritar pidiendo que bajara, no entendía el porque ya que hace poco había subido. Al bajar noto a dos personas, sus suegros.

—¡Harry, cariño! ¿Cómo has estado?— escuchó la voz tranquila de su suegra.

—Muy bien, ¿Y usted?— hablo pisando el último escalón de la escalera para ir a abrazar a la mujer que dio luz a su hermoso esposo.

—Me alegro— hablo la señora mayor abrazándolo y separándose segundos después.

Noto al señor Lucius mirándolo atentamente, obviamente esperaba que lo saludara.

—Hola Sr. Lucius ¿Como ha estado?— le dio la mano al padre de su dragón.
Segundos después el rubio mayor estrecho su mano con al de el.

—No se como te sentirás si supieras que tú hijo está embarazado de unos tres o cuatro meses— molesto ¿No?
Su tono era frío y aparentemente disgustado.

El oji-verde se callo al instante, ya no sabía que de decir y el silencio incómodo no era muy bueno que digamos.

—Bueno, supongo que están cansados, padres. Un elfo llevará sus maletas, ¡Varker!— hablo el rubio rompiendo el silencio incómodo.
Estaba agradecido con su esposo, muy agradecido.

Un elfo doméstico apareció enfrente del rubio segundos después.

—Amo Draco, ¿Que desea de Varker?— pregunto el elfo doméstico haciendo una reverencia había el rubio.

—Quiero que llevas esas maletas al cuarto de invitados, ya sabe cuál— ordenó el rubio. El elfo doméstico desapareció con las maletas en unos segundos.

—Madre y padre, ¿Quieren algo de tomar o comer?— pregunto el rubio amablemente.

Aveces le daba miedo lo educado que es su rubio con sus padres, pero suponía que era normal en las familias de sangre pura ser demasiado educado. El sabía modales gracias a que Remus se los enseño.

—Si, un te de limón sería suficiente, hijo— hablo dulcemente en el sofá de la sala principal.

—Yo, no quiero nada— hablo fríamente Lucius sentándose en el sofá igual que su esposa.

—Esta bien, ya vengo— el rubio se dirigió a la cocina.

¡Mierda! Si Draco se fue, significa que... Llegó la hora de esa conversación.

—Escucha Potter, te seré franco estoy gustado por la noticia que seré abuelo, pero si te atreves a ser una estupidez marca Gryffindor. Si Lord Voldemort no te mato, lo haré yo ¿Escuchaste?— eso era obviamente una amenaza de Lucius para Harry. El azabache asintió nerviosamente.

—Harry, cariño, felicidades— Narcissa al cambio del Malfoy mayor era más amable, por cierto ya había comentado que quería a su suegra mucho.

La tensión estuvo por mucho tiempo entre Harry y Lucius, los dos se miraban fijamente. Harry se estaba poniendo nervioso, Lucius aveces daba miedo, aveces se refería la mayor parte del tiempo. Ese carácter se lo heredó a su rubio por supuesto.

Frío, seco, serio, elegante, tiene veneno en la lengua, te puede hacer sentir inútil en segundos, dignamente un Malfoy. Pero sabía que como Draco, era agrio por fuera y dulce por dentro, a su manera claramente.

Un elfo llegó con un te de limón y un baso con agua, que claramente era para Lucius ya que este lo agarro elegantemente y lo empezó a beber.

Si algo sabía de Lucius es que cuando decía que ni quería nada de tomar, era que quería agua. Eso lo aprendió gracias a una cena familiar hace unos tres o cuatro años.

La conversación transcurrió normal por mucho tiempo. Hablando sobre el embarazo del rubio, Narcissa explicando una que otra sobre este, una que otras palabras de Lucius. Llegó la hora de la cena y la mesa se sirvió muchos platillos por los visitas inesperadas de su suegros.

Lucius se fue a dormir temprano igual que Narcissa que minutos después se retiró a la habitación que normalmente se quedaban. Mientras que Harry y Draco se fueron a su habitación para descansar.

Los dos vistieron y se prepararon para dormir, tenían la constumbre de charla por unos minutos (horas) antes de dormir, charlaban sobre su día, etc.

—Sabes que ya sera navidad, ¿No?— comento Harry con una sonrisa.

—Aja, ¿Y que pasó?— pregunto el rubio mirándolo.

—Que... ¿Cuando decoramos? ¡Y si mañana vamos de compras navideñas al mundo muggle,! ¡Podríamos comprar un árbol nuevo el otro está viejo, unos adornos! Si eso necesitamos— Harry empezó a hablar sobre cómo podrían decorar mientras sus ojos brillaban mas. Se miraba como un idiota, pero era su idiota esposo.

Harry no había tenido felices navidades con sus tíos, el le comentaba que decoraba la casa, ya que la su tía no le gustaba decorar y el lo tenía que hacer. Aunque no tuvo navidades felices con esos estúpidos muggles, amaba la navidad con todo su corazón. Eso bien lo sabía Draco.

Era lindo ver a Harry animado hablando sobre todo lo que podían decorar, sonrió un poco con ternura. Bueno ahora sabía que mañana irían de compras ¡Si!

La llegada de los padres de Draco fue una completa sorpresa que los tono desprevenidos. Normalmente venían el 10 a 15 de diciembre no tan temprano, pero eso solo alegro más a Draco.

Los dos se quedaron charlando hasta que el sueño les ganó y los llevo a soñar. Bueno, a empezar el cuarto mes, ¿Que pasara?.

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