Mini Especial

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Los rayos del sol dan hacia la ventana de la habitación de el matrimonio, eran las nueve casi diez de la mañana, y toda la mansión estaba sumida en gran silencio, pues todos, absolutamente todos incluyendo los elfos domésticos estaban en un profundo sueño.

Ayer en la noche casi nadie pudo dormir, la pregunta es: ¿Por que? ó ¿Por quien?. El joven embarazado estuvo toda la noche quejándose, enojandose, llorando, etc. Estaba terminando el quinto mes y las hormonas estaban revueltas.

Lloro para después enojarse pata luego volver a llorar.

Todos trataron de calmarlo con té o alguna medicina natural pues era peligroso algún hechizo ó pastilla muggle. Las ojeras eran visibles en el rostro del matrimonio, hoy era su cita para ir al mendimago pero seguramente llegarían tarde ó simplemente lo iban a posponer para otro día. Pues el matrimonio estaba tan cansado para incluso levantarse de la cama, los elfos los cuales ya estaban más que cansados ya que se durmieron casi a las seis de la mañana, hora cual ya deberían estar levantándose, el cansancio era más que entendible.

Los minutos pasaron en silencio puro, hasta que los ojos de un rubio se abrieron lentamente, el rubio era el que siempre se despertaba primero, parpadeo un par de veces hasta abriloa por completo, observó a el azabache que lo abrazaba por la cintura, se notaba el cansancio en el rostro de este, el rubio se sintió mal enseguida, el era el culpable.

-Perdón- dijo mientras lo abrazaba.

Aquella disculpa no la escucho el azabache, aún así el azabache lo abrazó más fuerte haciendo sonreír a el rubio.

-Un beso estaria mejor como disculpa.

El rubio brinco del susto al escuchar la voz grave de su esposo en su oído.

-¡León astuto, estabas despierto!

-Oh vamos amor, tu y yo sabemos que escucharte decir perdón es un milagro, dame un besito ¿si?

La mirada suplicante del azabache hizo que el rubio aceptara dar el beso, en ese momento el azabache tomo el mentón del rubio profundizandolo.
A los segundos se separaron, se abrazaron más y se miraron uno al otro.

-Te amo dragón- hablo con una sonrisa el azabache.

-Yo te amo más cuatro ojos- soltó el rubio con una risa.

Para otras personas el te amo de el rubio no era sincero por el insulto, pero para el azabache no era así. Pues cada quien decia te amo a su manera, y para Draco y Harry sus te amo eran los más sinceros.

Nueve MesesWhere stories live. Discover now