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Cuando Lisa llegó con un enorme venado cargando lo dejó caer a la nieve al ver la puerta de la casa derribada.

Las pisadas en la nieve estaban presentes, frescas porque seguían ahí incluso si nevaba, el humo en la casa salía con un fuerte aroma a quemado y sentía el aroma de varios humanos aparte de Jennie.

Camino decidida a la casa y sin embargo nada la hubiera preparado para ver a Jennie tirada en el suelo mientras lloraba y uno de los hombres abusaba de ella.

— Mira quién es, otra linda mujer —dijo el pelirrojo soltando a Jennie quien se quejo debido al dolor— otra linda mujer a la cual usar —

— ¿Jennie? —preguntó Lisa con un temblor en su voz, una lagrima resbalo de sus ojos manchando el suelo de color dorado—

Se corría el rumor de que la fascinación de los dragones con el oro era porque ellos en el fondo tenían el mismo material brillante.

Qué los dragones lloraban oro líquido, pero nadie podía saberlo, nunca había visto a uno llorar.

La mirada del pelirrojo se oscureció de repente y subiéndose el pantalón tomó la ballesta que cargaba y apuntó a la mujer con desden.

Cuando disparo apenas fue consiente de como la flecha fue atrapada y destrozada en un solo movimiento mientras la mujer ahí presente se comenzaba a cubrir de escamas y sus ojos rojos los intimidaban.

Los cazadores generalmente sólo podían cazar especímenes jóvenes, sobre todo de dragones, alejándose de un enfrentamiento directo y apelando a juegos sucios oara ganar.

— Tu eres el dragon que estaba buscando —dijo el hombre ignorando completamente a Jennie— vine aquí a reclamarte como mi premio —sonrió— solo que esperaba un macho, un enorme macho —

— Yo soy peor que un macho —respondió Lisa caminando hasta chocar el pecho con el de manera amenazante, el hombre controlando su impulso de desviar la mirada—

Nada pudo haber preparado a los hombres para tremendo choque.

Pues aunque pensaron que podían darle pelea, la dragona mató a dos hombres destrozando su cabeza con una sola mano mientras sonreía.

El violento animal que en realidad era  no tuvo piedad de matar al tercero sacándole el corazón con una mano y lanzandolo a los pies del líder.

— ¿No ibas a reclamarme como premio? —preguntó Lisa con sorna y una sonrisa torcida, su cara están deformada por las escamas haciendo que perdiera todo rastro de aparente humanidad—

Tomo al sujeto por la ropa encargándose de romperle las manos escuchando su agonizante grito de dolor.

— Creo que no sabes que pasa cuando tocas el tesoro de un dragon —dijo tranquilamente mientras rompía los pantalones del hombre y dejaba al descubierto sus genitales— los dragones somos violentos con los demás por naturaleza, también muy territoriales —sonrió asustando al hombre cuando una mano con garras negras y escama apretó sus genitales antes de arrancarselos— Y si alguien toca nuestro tesoro, nos volvemos locos —completo abriendo la boca del hombre antes de hacerlo tragar algo tan asqueroso como aquello—

No estaba conforme, quería matarlo de la manera más horrible posible, pero después de escucharlo gritar solo le aplastó la cabeza con asco.

Miró el estofado quemado, la casa destruida y a Jennie tirada en el suelo inconsciente, sus lágrimas volvieron a salir y solo la tomó en brazos junto con aquel libro que le había enseñado, tiro el estofado y el fuego en la casa dejando de todo comenzara a quemarse tomando de esta manera su verdadera forma y volando lejos de ahí.

Iría a un lugar donde sabía que nadie tocaría su tesoro. Su valioso tesoro.

The dragon's fortune (Completa) Where stories live. Discover now