Capítulo 22: Lobo, lobin, lobito

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Pov Jennie

-Ya no sé qué hacer – miraba el techo y escuchaba el movimiento en la casa – Esta mujer está loca

-Loca, no. Loquísima – Rosé entraba con unas papas en mano – Te regalo otro cachorro igual de hermoso que el anterior, esta mujer sí que quiere tu corazón

-No sé qué pretende – mire a Kuma jugando con mi nuevo perro, Kai. Si Kai, le coloco Lalisa para seguir el linaje de la K – Dentro de poco vendrá con otro, te lo aseguro

-Nah, sabes que Jiyong me comento una vez que ella tuvo unos cuantos gatos en su niñez y todos tenían algo en común

-¿Qué cosa?

-Todos los nombres eran por la L – ambas no miramos – Así, que si ustedes tienen un hijo tiene que tener como nombre esas letras, K y L

-Ya perdiste la cabeza también, Roseanne – le responde levantándome – Lalisa y yo no podemos…

-Nada, no hables, porque vas a herir a Ruby, ¿o crees que no sé cuándo tu lobo llora? – me cruce de brazos y levante una ceja

-Aja, Ruby no llora, porque no la manifiesto

-Yo la vi, la vi en un sueño. Un lobo blanco de ojos rojos. Lo vi el día que Lalisa fue llevada por su tía. Vi al lobo llorar y escucha que decía que siempre lloraría por su mate, por favor, no la hagas sufrir 

-Rosé, por favor…

-Por favor, nada. Busca a Lisa, ella te necesita y tú a ella

Al día siguiente

-Tus disfraces son los peores, Lalisa. ¿de qué demonios estas vestida? – esa chica cada vez me sorprendía más

-¿Cómo que de qué?  - se cruzó de brazos – No conoces nada de arte – bufo

-Sin ofender, Lalisa, pero, pareces un payaso – la risa no paraba de salir de mi boca

-Ni lo menciones, odio los payasos – se cruzó de brazos, se veía molesta - Por el amor al prójimo, estoy vestida como vestían las personas de la época que nací

-Con razón pareces una cosa rara. En el 1700, no existía el sentido de la moda, ¿cierto? – la vi ponerse roja

-Pagaras – se acercó y me acorralo – De cuando acá, los patos les tiran a las escopetas, recuerda que eres mi mascota

-Eso fue hace mucho…

-Sentada – hablo y yo me senté como un animal – Buena chica – me froto el cabello, esta tipa cree que soy un perro – Ahora dos vueltas – tal como me dijo lo hice, ¿Qué demonios me pasa? – Sentada de nuevo – le vi la cara triunfante

-Deja de molestarme – intenté levantarme y no pude

-No estoy hablando contigo – me tomo de la barbilla – Hablo con Ruby – sentí mi corazón latir como loco y luego sentí una sensación extraña – Mejor encaríñate rápido, me gustaba más cuando decía Isha y ladeabas la cabeza

-¡ISHA! – exclamé e hice lo que quiso, pero, no era yo, era Ruby – Yo quiero a Lisa – se movía mi cola como loca… espera, espera, ¿acabo de decir cola? 

-Buena chica – seguía acariciando mi cabello – Me encantan tus orejas, son tan suaves – sentía que tocaba mis orejitas y me sentía bien, no ya… para, esto es retorcido – Ruby, no dejes que Jennie vuelva a guardarte – asentí sin saber, porque – Ambas tienes que convivir en el cuerpo, entendido

-¿Lisa jugara con Ruby? – pregunto mi lado lobuno

-Yo jugare contigo, me casare contigo y tendremos cachorritos – … y dale con lo de los cachorros… - Pero, primero hay que hacer que Jennie no este con mi hermano mayor, ¿me apoyas con eso?

Bajo La LunaWhere stories live. Discover now