Capítulo 5: Tormenta de Sueños

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10 Años Después

Roma; Italia

POV Lalisa

Caminaba por una pradera muy hermosa, miraba para todos lados y me sentía con tanta paz, una paz que hace tantos años no sentía. Desde la muerte de Irene me sentía un ser miserable y no quería saber nada de nadie, incluso deje a Jennie con unos humanos y la culpe varias veces de la muerte de mi esposa, pero después comprendí que ella no tenía la culpa y me sentí más miserable por dejarla de lado

En fin, volviendo al tema. Con todas las cosas que han pasado ahora solo me dejo caer en la hermosa pradera mirando el sol tan intenso que no puede afectarme gracias al anillo mágico que tenía. Anillo que fue el que sello mi amor con Irene siendo nuestras sortijas de matrimonio, tocarlas y verlas me hacía recordar su bella sonrisa. De pronto siento una gran ráfaga de viento que mueve mi cabello ahora corto y me hace cerrar los ojos, hasta que escucho una voz

- Isha – escuché una voz de una niña – Isha – se escuchó más cerca – Isha – ahora estaba encima de mí, cuando abrí mis ojos vi a Jennie, a la pequeña Jennie de dos años – ¿Isha? – dice ladeando su cabeza y haciendo la típica pregunta con mi nombre

- ¿Jennie, que haces aquí? – ella me mira y sonríe señalado a alguien a lo lejos – ¿Quién está allí? – no respondió y solo me halo del brazo – ¿A dónde vamos? – no respondió solo me arrastro hacia la persona

Caminamos por la pradera hasta llegar a un puente donde de repente desapareció, mire para todos lados y no estaba

- ¡Jennie! ¡Jennie! – la llamaba, sin embargo, nunca apareció. Hasta que sentí un jalón a mi pantalón – ¿Jennie? – bajé el rostro y allí estaba con el collar de perro antiguo en su cuello y la correa amarilla

- Rea – decía dándome la correa – Rea, Isha – agarre la correa y me deje guiar de nuevo, esta vez ella delante de mí – Ma – decía señalando hacia donde estaba la sombra – Ma

- ¿Esa es Irene? – ella no se inmutó solo siguió caminando arrastrandome por la correa – ¡Jennie, responde! – pero entramos a un bosque y una fuerte niebla nos inundó – ¡Jennie! – siento como desaparece y entre mis manos solo esta su correa amarilla, a lo lejos veo mi antigua mansión y corro hacia ella

Tras llegar a la casa veo que todos los empleados estaban vivos y muy felices. Cuando di un paso adentro sentí un cuerpecito en mis piernas, esta vez no era Jennie sino Kuma. El perro ladraba desesperado y meneaba su cola, luego miro hacia una dirección y despego la carrera hasta el lugar y yo decidí seguirlo. Nos detuvimos en la habitación de Jennie, la puerta estaba abierta y ella estaba llorando

- ¿Jennie? – le pregunto acercándome y ella me miro a los ojos

- ¿Lisa? – ladeo la cabeza y se limpió las lágrimas – Tengo miedo – dijo para correr y brincar hacia mi pecho aferrándose al mismo – Soy un monstruo – decía entre sollozos

- No lo eres – acaricie su pequeña espalda – Solo es que los humanos no te entienden que somos diferentes – continuaba llorando, pero se bajó de mis brazos

- ¿Kuku? – dijo mirando el peluche que estaba en el suelo – Te estuve buscando – corre hacia él y lo abraza

- ¿Jennie, que te sucedió? – le dije, pero ella solo salió corriendo – ¡Jennie! – la seguí, salimos de la mansión y corrimos sin parar, yo aún tenía la correa en mis manos – ¡Jennie! – me estaba desesperando, hasta que escuché una cascada a lo lejos. Corrí hasta el lugar y allí me encontré a Jennie

- ¿Lisa? – dijo mirándome desde lo alto, parecía asustada – Te necesito – decía entre lágrimas – Sin ti y sin Mamá Irene me siento muy mal

Bajo La LunaWhere stories live. Discover now