Capítulo 1: Cachorro de Lobo

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Año 2003. Al Sureste de Busan; Corea del Sur

Narradora

A las afueras de la ciudad de Busan un gran acontecimiento se vio presente. Un gran incendio se vio presente en una granja muy humilde del lugar. La casa se caía a pedazos por las grandes llamaradas que rodeaban aquella casa

A lo lejos se vieron como 3 pequeños cuerpos se alejaron corriendo del lugar, mientras que dentro una pequeña luchaba por salir de las llamas. Con tan solo 1 añito, aquel pequeño ser luchaba por su vida y lloraba por ver a sus padres muertos envueltos en las llamas, las lágrimas y los lamentos de aquel ser podía hacer que hasta el hombre más rudo llorara por la escena. Sin embargo, a la lejanía dos cuerpos se acercaron a la granja

POV Lalisa

- Irene, no debemos estar aquí – estaba preocupada por la locura que quería cometer mi esposa

- Lalisa, allí dentro hay un pequeño – dijo mirando fijamente la pequeña granja. – Lo puedo escuchar

- Aquí solo huele a Lobo, debemos irnos – mire para todos lados para saber si alguien más no estaba aquí

- Debemos ayudar a esa pequeña criatura – mi mujer emprendió camino hasta las llamas

- Joder, Joohyun – corrí hasta ella – sabes bien que somos vampiros y el fuego puede matarnos – la tomé del brazo

- No abandonaré a ese pequeño – su mirada decidida me hizo temblar, debido a que por ello me había casado con ella

- Es un cachorro de lobo – suspire – ¿quieres arriesgar tu vida por ayudar a un enemigo jurado de la naturaleza? – la mire a los ojos

- En este momento yo solo veo un pequeño ser que necesita ayuda – solté el aire frustrada

- Bien. Yo iré por el cachorro – una gran sonrisa ilumino su rostro – espera aquí

A toda velocidad me encamine hasta la casa. La casa era totalmente de madera y se escoba cayendo a pedazos por el fuego, tuve que esquivar algunas vigas y paredes, podía escuchar los pequeños sollozos del cachorro así que simplemente seguí el sonido esquivando cosas hasta llegar a la habitación del fondo. El fuego era más intenso en ese lugar, así que con un gran salto traspase la pared de fuego que dividía la habitación del pasillo, cuando caí del otro lado observe dos cuerpos debajo de unas vigas de madera los dos cuerpos eran de adultos, a los pocos metros de los cuerpos estaba un pequeño cuerpecito hecho bolita llorando con un peluche aferrado a su pequeño cuerpo

Con cuidado me acerque y sentí como se movía, intente acercarme lo más lento posible, pero cuando sentí que el techo caería encima del pequeño cuerpo, con agilidad agarre el cuerpo que yacía en el suelo escuche que me gruñía cual animal salvaje, pero no importo, hasta que vi sus ojos. El pequeño cachorro o cachorra, mejor dicho, me miro el rostro y sus ojos eran de un color chócolate intenso, la línea de sus ojos era de forma rasgada, en lugar de parecer un perro ella parecía un pequeño gato sin hogar y por unos segundos me quede observándolos sin mover un músculo

Cuando sentí que se aferró a mi pecho fue que decidí salir de allí antes de que nos cayera la granja encima como a sus padres, tras llegar a donde estaba mi esposa logré sentir que la pequeña no quería separarse de mí

- Vámonos rápido – dije viendo como algunos autos se acercaban

- Ven conmigo – le tendió las manos Irene, pero el pequeño cuerpo que estaba en mi pecho se negó

- Ya tendrás tiempo para cargarla – dije agarrándola de la mano para salir despavoridas del lugar

Anduvimos unos cuantos metros hasta llegar a la casa donde nos estábamos hospedando. El cuerpo que estaba en mi pecho estaba totalmente dormido y mi esposa estaba dorada por aquel cachorro de lobo

- Quedemonos con ella – dijo con sus ojos iluminados

- ¡Estás loca, Irene! – la mire como si le hubiera salido otra cabeza – Es un lobo, no es un cachorro que adoptaste en una tienda de animales

- Sé muy bien que es un lobo – acaricio el cabello de la lobita – También sé qué hace años queremos un pequeño en nuestras vidas y yo no puedo dártelo

- Irene, quiero un hijo tuyo y mío, no un cachorro de lobo que puede matarnos cuando crezca – la mire horrorizada – si piensas que ese cachorro vivirá con nosotras, estas muy equivocada

Un Mes Después

- ¡Pequeña Jennie! – Irene llamaba a la mascota que ahora vivía con nosotras. Y si se lo preguntaban, así le coloque a la cachorra – ¡Ven acércate! – le decía emocionada mientras yo ojeaba el periódico y veía de reojos su interacción – Pasito a Pasito – la pequeña se acero a ella tambaleándose hasta que se calló al suelo y prefirió gatear hasta ella – No, Jennie. Debes caminar hasta mi lugar

- Es un animal, no esperes nada mejor de ella – dije con burla y mi esposa me fulminó con la mirada – es un lobo después de todo, siempre se arrastrará en el suelo

- A veces eres incorregible, Lalisa – note el enojo en su mirada y pase saliva con dificultad – Jennie no es un animal para que la trates así – la pequeña se movió entre sus brazos y mi esposa la bajo al suelo – ¿A dónde vas? – le pregunto mientras veía como se levantaba y estabilizaba en sus piernitas, luego dio pasitos – ¡Eso pequeña! – otra sonrisa ilumino su rostro. La pequeña criatura dio pasos lentos con una sonrisa y me miraba como si fuera un juguete o comida. Poco a poco llego hasta donde yo estaba sentada

- ¡Isha! – dijo animada yo solo la mire con indiferencia, pero la sonrisa de la pequeña era tan grande que mi esposa soltó unas lagrimas

- Acaba de decir sus primeras palabras – mi esposa tenía sus manos en el rostro – te acaba de llamar

- Es porque sabe que soy su amo y ella mi mascota – dije con chulería, Irene camino rápidamente y me golpeo la nuca

- ¡Te dije que no es un animal, es un ser como nosotras! – la pequeña nos miraba con una gran sonrisa – ella es nuestra pequeña, no nuestra mascota

- ¡Como digas! – me levante y las deje a ambas juntas

Después de llevar a la loba a casa, nos percatamos que su nombre era Jennie por el perro de peluche viejo que tenía entre sus manos. Irene se encariño tanto con ella que ahora no se separa de la pequeña, la alimenta, le cuenta cuentos antes de dormir y siempre está al pendiente de ella. Como nosotras somos vampiras podemos vivir sin dormir si así lo deseamos, de esta manera, Irene está pegada a ella 24/7

Tener a Jennie en casa me molesta un poco, porque es un lobo y por su olor. Tiene un olor nauseabundo que puedo sentirlo de aquí a China, por esa razón ordene que su habitación este lo más lejos posible de la que comparto con mi dulce esposa. Irene decía que me comportaba como una inmadura, pero después de vivir más de 100 años juntas, ella sabía cuánto odiaba a los lobos y Jennie no estaba lejos de ello. Solo espero que este cachorro de Lobo no me dé problemas en el futuro

Un Año Después

¡Lalisa, nooooo!

Bajo La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora