Capítulo 13. Un Juego

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Comencé a reír, era un idiota, se había dado cuenta que aún, albergo sentimientos por el, me agarre el cabello, en señal de desesperación - eso ya no importa!!!, no puedes regresar el tiempo atrás!!!.

- Pero quiero hacerlo!!, quiero volver atrás!!, quiero darme un golpe por dejarte!!, porque me hiciste tanta falta!!, quiero hacerme entrar en razón, para convencerme de ser un egoísta por primera vez, por favor!!, déjame volver el tiempo atrás!! - el lloraba, parecía sincero, y como un acto reflejo, me acerqué a el, lo abracé, temblaba en mis brazos, me di cuenta que parecía más liviano que antes, su musculatura era más ligera, y sentí que se detuvo el tiempo.

Sentí que de nuevo era ese chico que lo abrazaba cada noche, me di cuenta de mis sentimientos, y quise soltarlo, pero el se aferró a mi, sus manos se sujetaron de mi espalda, suspiré, me di por vencido, lo abracé con fuerza, de pronto, comencé a soltarlo, el se quedó a mi lado, mis manos parecían moverse solas, acaricié su rostro, lo había añorado tanto, desde aquella tarde de lluvia, no existió ni una sola vez, en el que dejara de soñar con el, con su risa y ahora estaba frente a mi, como la tormenta que siempre había sido.

Las lágrimas bajaban por su mejilla, y sin quererlo, ni pensarlo, me acerqué a sus labios, y lo besé, era un idiota, siempre lo he sido, pero no pude evitarlo, estaba enojado aún por su abandono, pero mi corazón no dejaba de latir por el, aún lo amaba.

Aquel vacío que había estado en mi pecho, todos estos años, comenzó a desaparecer, me llené de calor y como un idiota, no lo solté, comenzó a besar mi cuello, haciendome recordar todas esas veces que el inició el camino a la cama más próxima, y como el estúpido que soy, me dejé guiar por el, siempre he sido débil ante el.

Me dejó hecho pedazos, y ahora ha vuelto como una tempestad, me ha arrastrado, no he podido defenderme, estoy aún lleno de dolor por su abandono, por haber huido de mi, cuando yo más lo amaba, pero aún así, no puedo dejar de lado, el hecho de que lo he añorado tanto, que duele.

Toqué su piel, aún recordaba el recorrido que tenía que hacer, para hacerlo un desastre, confirmando lo que ya sabía, el siempre será, la persona más importante, el siempre será el chico que abrazaba mi espalda.

Pareció que el hecho de que se fuera, hubiera sido olvidado, parecía que aún éramos esos chicos que sabían como demostrarse su amor, en la oscuridad.

Sus manos temblaban, cada que acariciaba mi piel, el seguía siendo, el chico decidido, que sabía como volverme loco.

Las sensaciones que experimentaba con el, no se escapaban de mi, siempre Yuuri fue tan impredecible, siempre era un remolino de emociones, siempre estuve a su merced.

Reconocí el calor que su interior me daba, la manera en la que sus paredes me aprisionaban a él,

De pronto recordé aquel momento, en el que el se fue, como corrí a buscarlo bajo la lluvia, recordé a aquel chico tonto que fui, tan tonto, que aún esperaba que volviera.

El estaba bajo de mi, gemia despacio como siempre lo había hecho, reaccioné, estaba teniendo en la habitación que compartía con mi novia, sexo con mi ex, salí de el, me di la vuelta contrariado - largo!! - una parte de mi quizá no podía borrar el dolor, el se levantó, comenzó a vestirse - hubiera sido mejor que jamás hubieras aparecido en mi vida, estabas mejor siendo un simple recuerdo.

Comenzó a vestirse, escuché la puerta cerrarse, era lo mejor, me senté en el suelo, miraba el techo del departamento, sumido en mis pensamientos, caminé hacia aquel cuadro, miré con detenimiento cada una de las estrellas que el había dibujado en mí espalda.

Recordando el día que ese retrato, me fue regalado, era mi cumpleaños, el lo había pintado para mi, el era un chico demasiado artístico, aunque quería ser un programador famoso, gustaba de pintar los recuerdos de su vida, ahora el frente a mi, me daba aquella pintura.

JJ, me había organizado una pequeña reunión, y frente a todos, aquel cuadro fue puesto en aquel pequeño departamento, todos aplaudían, mientras el me abrazaba, estaba feliz, feliz a su lado, donde se fue toda esa felicidad?.

Apreté mis puños, tomé aquel cuadro, caminé furioso hacia la salida, mis pasos resonaban en la escalera, ni siquiera había notado que Yuuri estaba sentado en la acera, pero en cuanto se dio cuenta, lo que planeaba hacer, corrió hacia mí - qué haces? - preguntaba angustiado.

- Lo que debí haber hecho desde hace mucho - el caminaba tras de mi, tratando de quitármelo, pero di la vuelta, y con toda la fuerza, lo estrelle contra la pared, para después seguir golpeando el contenedor con el, los cristales salían disparados, por la calle, en cuanto la imagen estaba fuera del cuadro, lo tomé en mis manos, para romperlo, mientras el azabache me miraba con dolor.

- No lo hagas!!, no!!!, por favor!! - lo hice pedazos.

- Tu jamás debiste volver, estaba mejor sin ti!!, eres un recuerdo doloroso para mi, un maldito accidente, una mancha en mi historial, un ser egoísta que jamás debí amar!!, no importa si tu amiga es Mila!!, no vuelvas a pararte frente a mi!!, no quiero verte jamás!! - el se quedó en silencio, se agachó recogiendo los pedazos de la imagen, mientras yo volví a subir al departamento, en un ataque de valentía, había tirado lo que pensé jamás podría tirar, mi corazón galopaba, parecía que se saldría de mi pecho, a mi mente llegaba cada una de las tardes, donde paseábamos por la ciudad, donde el abría sus brazos riendo, jugando a ser los dueños del mundo, donde el y yo jugamos a amarnos, quizá para el solo soy un juego, un idiota al que le puede desbaratar el mundo, cada que quiere, un capricho, una fijación estúpida, pero el para mi, era mi todo, y no voy a dar pasos hacia atrás, por el, no más.

El Chico Que Abrazaba Mi EspaldaWhere stories live. Discover now