Capítulo 20. Alguna Vez

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Alguna vez, me dijeron que cuando añoras el amor que perdiste, solo recuerdas los momentos buenos, las heridas emocionales, las haces a un lado, y el deseo de regresar, es tan grande, que sufres de memoria selectiva.

Se a lo que se refiere, entiendo de lo que habla, pero aún así, no puedo evitar, sentir que regresar a su lado, es el lugar correcto.

Lo miro, acostado en la cama, de aquel hospital, su color de piel, es aún más pálida, vomita a cada rato, como si tuviera un horario, los medicos están preocupados, y yo, siento que mi vida, se romperá, si algo pasa con el.

Trato de ser positivo, trato de sujetar su mano, dando a entender que estaré ahí, aunque este a oscuras.

Sin embargo, ahora, puedo entender un poco, porque se fue de mi lado, porque me abandonó, ahora entiendo, porque tuvo que irse, porque solo he visto el comienzo, y ya siento que se me desgarra el corazón.

No está el color sano en su piel, su equilibrio está desapareciendo poco a poco, volviéndose torpe, quiero cambiar de lugar, quiero ser yo quien sufra esto, así de enamorado estoy.

Le hacen análisis, más estudios radiológicos, y el me muestra solo una sonrisa, se que debe tener miedo, se que debe estar aterrado porque yo lo estoy, vuelvo a mi trabajo, deseando que las horas pasen rápido, y poder estar a su lado.

Mila visitó a Yuuri, no quiso decirme sobre lo que habló con ella, solo se que se abrazaron fuerte, mientras que yo, solo miré a otro lado cuando ella pasó a mi lado, se que estoy siendo estúpido, pero no puedo evitar sentir que me ha engañado, que se ha burlado de mi.

De pronto, llegó a su habitación una tarde, el está con ropa deportiva, lo veo de mejor semblante - estoy mejor, hoy salgo del hospital - me sonríe, lo ayudó a levantarse, el me abraza con fuerza, lo siento aun más ligero - puedes volverme a llevar por las calles de la ciudad en tu motocicleta? - me pregunta, sus ojos están ligeramente hundidos, dejando ver el cansancio que carga sobre sus hombros, aún así, para mí, sigue siendo el hombre más guapo del mundo.

- Te llevaré hasta el fin del mundo si quieres - el asiente emocionado, aun tengo guardada aquella motocicleta, voy al garage una vez que llegamos a casa, cruzo los dedos esperando que aún funcione, el no ha querido estar solo, se ha aferrado a mi, como si quisiera recuperar el tiempo perdido.

Limpio aquella motocicleta, y me doy valor para encenderla, aun espero con ansias volver a sentir sus brazos rodear mi espalda.

Prende y me siento vivo, llego a la habitación, el está pensativo - está funcionando, quiero hablar con Mary, antes de todo, debemos avisar que te han dado de alta - el suspira.

- Eres muy preocupon Viktor... Ya he hablado con ella - me contesta.

- Estas seguro que estas bien?, podemos hacerlo otro día.

- Quiero que sea hoy, deseo de verdad que sea hoy.

- No has querido decirme que pasará con la cirugía, esperaba quedarme contigo esta tarde, pero de pronto llego y te han dado de alta, que sucede? - una parte de mi, tiene miedo, pero el niega con ternura.

- Estoy mejor, debo esperar el tiempo quirúrgico, será en dos semanas, no tiene caso estar en el hospital, solo esperando, por eso me han dado de alta.

- Perdón por preocuparme tanto.

- Perdón por haberte abandonado, perdón por haber salido huyendo, perdón por hacerte sufrir, yo... Solo... No soporto verte llorar, y sabía bien que tu... Llorarias al verme mal, aunque fui estúpido, porque al final, si te hice llorar, en mi defensa puedo decir que era demasiado inmaduro para comprender.

- Prometo que no me verás llorar, así sean los momentos más difíciles o felices, tu... No tendrás que ver las lágrimas en mis ojos, solo no vuelvas a desaparecer, no vuelvas a dejarme solo, nunca más.

- Tus ojos de cielo, son demasiado hermosos, para que tenga que verlos llover, así que por favor pase lo que pase, jurame que no vas a llorar.

- Ojos de cielo?, verlos llorar?, de cuando aca, eres tan romántico?.

- No lo soy, es solo que tu eres poesía.

-Me haras enamorarme más de ti y eso no será bueno, no te dejaré ni respirar.

- Te amo... Te amo demasiado, siempre he sido un tonto, pero aun con mi torpeza yo... Te amare para siempre.

- Es hermoso saberlo, yo también te amo, pero me estas asustando un poco, esta todo bien?.

- Solo que... He perdido mucho tiempo, y ahora quiero decirlo, incluso se que podría gritarlo, qué dices?.

- Me harías morir de vergüenza - el me sonrió, lo ayude a ponerse de pie, lo asegure a mi espalda, el se sujetaba fuerte, y la motocicleta comenzó a andar.

El día por alguna razón había sido soleado, manejaba la motocicleta, viendo aquellos tonos rojizos y naranjas que nos daban la bienvenida, el amanecer se veía aún más hermoso, y el parecía divertirse, yo también lo hago, siento sin duda alguna el amor con el se sostiene, la felicidad que lo hace reír, pero aún con ello, una sensación en mi pecho, me hace tener pánico, pero cuando estoy a punto de detenerme, para preguntar si de verdad todo está bien, el comienza a gritar - Te amo Viktor Nikiforov!!, te amaré para siempre!!.

Los autos pitan por su declaración, incluso algunas personas sacan sus manos de sus autos con el pulgar arriba, siento que la pena hace calentar mi cara, pero el ríe como jamás lo ha hecho, ríe al verme en jaque, al haberme dejado sin palabras, se acurruca en mi, siento su corazón acelerarse.

Estoy aún enamorado, aún amo, al chico que abraza mi espalda, nos perdemos de nuevo a las afueras de la ciudad, miramos como se pierde el sol en el horizonte.

Su sonrisa es radiante, aunque ha perdido peso, aunque su semblante es cansado, a la luz del atardecer, no puedo evitar mirar con nostalgia, a aquel joven Yuuri Katsuki, del que me enamore, en aquel bar.

El Chico Que Abrazaba Mi EspaldaWhere stories live. Discover now