Capítulo 21. Lluvia

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Llegamos a casa, se abraza a mi, aunque quisiera hacerlo un desastre, se que no es algo prudente aun así, el toca mi entrepierna estimulandome, caricias aquí y haya que aunque no llegan a segunda base, me hacen sentir vivo.

He preparado para cenar, su cena favorita, me he tomado el atrevimiento de querer llamar a su hermana, pero el me detiene - solo quiero que seamos nosotros dos, solo nosotros dos - asiento, acaricio su cara, el se acomoda en mi mano, como un gatito buscando mimos.

El me hace dormir entre sus brazos, la noche es larga, pero aún así, hablamos hasta el amanecer, su melodiosa voz, acompañó mi sueño, hasta que no pude más, después de un rato, me doy cuenta que no he puesto mi alarma, busco mi celular entre mis pantalones encontrandolo apagado, miro con gracia a aquel bello durmiente, que debió hacerlo para que no llamara a su hermana.

Programo la alarma 7 am, no importa si corro, o si llego tarde, aun así, quiero pasar el más tiempo posible en sus brazos, me dejó arrastrar al mundo de los sueños, logro soñarlo con su hermosa sonrisa, sintiendome estúpidamente enamorado, incluso en sueños Yuuri Katsuki, no me deja en paz.

Entre sueños hermosos, escucho vibrar mi celular, miro la ventana entre abierta los primeros rayos del día, están iniciando, una llamada entrando de Mary me hace entender que son las 6 am, en cuanto contesto la escucho agitada - porqué Yuuri no está en el hospital? - su voz fuerte, junto con aquella pregunta, me hace entrar en confusión, no quiero despertarlo, me levanto tratando de no hacer ruido, para contestar en la sala.

- Lo dieron de alta ayer, el dijo que ya lo sabias, estas bien?.

- Viktor... Dondé están?.

- En mi casa, el duerme, me estas asustando.

- No lo dieron de alta por mejoría Viktor... El pidió su alta voluntaria...

- El me dijo que estaba bien, me dijo que en dos semanas será la cirugía.

- La cirugía era hoy... El me dijo que ya lo sabias, que cuidarías de él, hasta hoy por la mañana, llego al hospital y me dicen todo, Viktor su cirugía se adelantó, está mal, el tumor está más grande, esta oprimiendo una parte importante del cerebro, puede dejar de respirar en cualquier momento, por favor trailo al hospital.

- Vamos para allá - cuelgo la llamada, respiro profundo, estoy molesto, pero se que debe tener miedo, trato de tranquilizarme ni tratando de decir algo del cual, pueda arrepentirme.

Llego a nuestra habitación, el está boca abajo, veo su pálida piel, sobresalir de las sábanas, me acerco, tratando de medir mis palabras - Yuuri!!, es hora de ir al hospital, me mentiste... Pero no voy a discutir, por favor debes hacerte la cirugía, vámonos!! - no contesta, ni siquiera se mueve, me acerco más - no me hagas enojar más!, pensé que no habría más secretos o mentiras, pero no cumples tu parte, vámonos al hospital!!, necesitas la cirugía!!, levantate ya!! - no responde, me acerco a el, muevo su hombro, al ver que ni aún así despierta, comienzo a moverlo frenético, no importa cuanto lo llame, no importa cuanto lo mueva, el no abre sus ojos.

Siento que la vida se detiene, siento que estoy muriendo con el, sus labios están azules, llamo a la ambulancia, rogando que puedan venir por mi grito desesperado, sigo moviendolo, pidiéndole que despierte.

Trato de no llorar, pero las lágrimas caen en cascadas, caen en su rostro inerte, y su recuerdo viene a mi, su sonrisa hermosa, su voz melodiosa, la manera en la que saltaba por las calles, la seguridad con la que caminaba, los sueños que pensamos cumpliríamos juntos - tu no puedes irte... Tu no puedes abandonarme - las palabras están atoradas en mi garganta.

Los paramédicos entran, en un solo segundo, me recargo en la fría pared, mirándo como comienzan a reanimarlo, mi corazón está en pausa.

La casa comienza a hacerse más grande, mi mundo se detiene, la pena me embriaga, los miro no darse por vencidos, mientras yo, me siento a la mitad de la felicidad, mientras yo me siento perdido.

Los miro introducir un tubo por su garganta y la urgencia por llegar al hospital.

Los vecinos miran por sus ventanas, miran mi desgracia, mi dolor, estoy solo, sintiendo que me arrastran en el mismo infierno, aún siento el frío en mis manos, el frío de su cuerpo, aún siento que estoy abrazando la muerte.

La torreta de la ambulancia es aterradora, el camino al hospital jamás me había aparecido tan largo, la vida jamás me había parecido tan corta, bajo de la ambulancia mirándolo entrar a urgencias, mis piernas no tienen fuerzas, ayer era un día soleado, y hoy, comienza a llover, aprieto mi pecho, no estoy soñando, pensar en que el siempre tiende a dejarme en los días de lluvia me sobrepasa, Mary corre a mi lado a abrazarme, no debes llorar, prometiste que no llorarias, lloraste ya, es suficiente, debes cumplir tu promesa, lo repito como un mantra.

Ella se abraza a mí, vemos a los médicos correr de un lado a otro como si aquello, no pudiera ser aún más doloroso, las piernas me vencen no puedo más, no importa verme ridículo, no importa llamar la atención de la gente, porque esta a punto de dejar de existir, el chico que abraza mi espalda.

- He hablado con los médicos - ella seca sus lágrimas - ahora entiendo porque no quería operarse, ahora entiendo porque se fue, las oportunidades de sobrevida, eran de un 2%, aun si la cirugía fuera un éxito, podría tener un daño permanente, creo que está cansado de hospitales, esta cansado de luchar y yo... No puedo juzgarlo, debemos prepararnos Viktor... Debemos...

- No... - niego con cabeza, soy un necio, soy un tonto, que no puede entenderlo - no... Yo... El... El dijo que no se iría... El dijo... El no puede abandonarme de nuevo, en un día de lluvia..

- El... Quería pasar sus últimos contigo - el medico sale, su cara está llena de sudor, su mirada lo ha dicho todo, y mi mundo se va con el.

El Chico Que Abrazaba Mi EspaldaWhere stories live. Discover now