Capítulo 23. Torre

183 25 9
                                    

Los días pasan, no puedo dejar la perdida, pero he aprendido a vivir con ella, siempre visito su tumba, le llevo flores e imagino que puede verme, imagino que aquel chico inseguro y temperamental, me cuida a la distancia.

Si algún día renaciera, te buscaría de nuevo, te amaría con todo mi ser, aun saliera lastimado, aun así llorara hasta quedarme seco, aun así te seguiría, siempre, siempre.

La noche era larga, una noche de lluvia, cuando tocaron el timbre de la puerta, abrí contrariado me había encerrado del mundo, no quería hablar con nadie, y comenzaba a tomar al alcohol como mi más entrañable amigo, pero en cuanto abrí la puerta Mila estaba frente a mi - puedo pasar? - me preguntó, me hice a un lado, miró mi hogar de un lado a otro - creo que necesitamos las manos de una mujer por aqui.

- Eso creo... Supongo - me dejé caer en el sillón, las latas de cerveza las había apilado, haciendo una especie de torre.

- Traje algo para cenar... Levántate, ve a bañarte, luces horrible.

- El baño no va conmigo.

- Tampoco rogar conmigo, así que levante o yo misma te echaré una cubeta con agua y jabón.

- Por las buenas entiendo - me levante, me mire al espejo, la barba me había crecido, las ojeras eran parte de mi, el agua tibia caía en mi piel, pero me sentía anestesiado.

El aroma de la comida casera hizo rugir mi estómago, ella estaba frente a mi, con un delantal - es hora de cenar - me dijo, con un tono autoritario, miré la sala, había recogido algo de todo mi desastre.

- Siempre tienes que verme siendo un desastre, siempre tienes que ver mi lado estúpido.

- Murió tu gran amor, no eres estúpido eres humano.

- Porqué estás aquí?, hemos sido prudentes evitandonos todo este tiempo, pero ahora apareces con cena y me haces levantarme.

-No me digas que te he interrumpido con algo importante, ver el canal de ventas por teléfono no se ve divertido.

- Oye... Moría de ganas por comprar el juego de sartenes de teflon, bueno... Ya... Responde mi pregunta.

- Fui a tu trabajo, solícitaste un permiso indefinido, y supe que estarías así, no debo dejarte solo, el me lo hizo prometer.

- Siempre te preocupas por mi, no deberías hacerlo.

- Siempre nos preocupamos por las personas que amamos.

- Amarme siempre te ha hecho daño.

- Ha sido mi decisión Viktor, amarte y estar aquí, fueron mi decisión.

- Vas a hacerte daño, vas a esperar cosas de mi, que ya vimos no puedo darte.

- Esperar Viktor... Siempre ha sido mi mayor virtud.

Esperar... Yo aun espero que el atraviese la puerta, aun espero que esto sea una mala broma, se lo que es esperar, suspiró, llueve demasiado, como el día en el que se fue, ella se mueve de un lado a otro levantando el desastre, porque siempre que me quedo roto, ella busca volver a pegarme.

No se que sucederá mañana, no se si se pronto la amaré como ella siempre espero, o si voy a lastimarla de nuevo, lo único que se, es que te llevo conmigo, siempre conmigo, porque Yuuri Katsuki siempre será, el chico que abrazaba mi espalda.

No se que sucederá mañana, no se si se pronto la amaré como ella siempre espero, o si voy a lastimarla de nuevo, lo único que se, es que te llevo conmigo, siempre conmigo, porque Yuuri Katsuki siempre será, el chico que abrazaba mi espalda

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Hola chic@s no me odien.

Ha sido difícil escribir el final, pero, sinceramente este era el final que siempre tuve en mente, desde que comencé a escribir la historia, creo que olvidamos que nada es eterno, y quise hablar de ello de una u otra manera, siempre he pensado que la gente que amamos, aunque fallezcan no se van de nosotros, siempre permanecen en cada paso que damos, amen siempre ❤️

L@s quiero ❤️

El Chico Que Abrazaba Mi EspaldaWhere stories live. Discover now