𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 | ˢᵃⁿᵃ ʸ ᵗᵘ

𝐎𝐑𝐈𝐆𝐈𝐍𝐒 - 02

Ni nada más amaneció, siendo apenas las 7:40 de la mañana, T/n conducía alegremente un auto lujoso de color gris, con sus ventanas polarizadas y muy seguramente blindadas -al igual que el resto del automóvil-, Jennie junto a ella sentada en el asiento del copiloto sostenía una compresa de hielo en la sien derecha de su cabeza, arrugando el ceño ante la luz mañanera que entraba por el parabrisas de este. La resaca de la castaña era tremenda.

Y su aspecto de muerte le daba un toque gracioso a la situación.

—Debiste hacerle caso a tu esposa y no haber bebido tanto alcohol, sabes que el vino es muy fuerte -recriminó la azabache, Jennie bufó en respuesta- ¿Es de verdad lo que me dice el GPS o es una de tus bromas?

—¿Te parece que estoy en condiciones de bromear, T/n? -Jennie sonrió con sarcasmo- Es la maldita verdad...

T/n rió suavemente, golpeando sus dedos contra la manivela del auto.

—Así que vamos en dirección al palacio imperial -dijo T/n, Jennie asintió- Debí suponerlo por las banderas amarillas a cada lado del auto, y por la falta de matrículas.

Los banderines amarillos con el triquel invertido de los cuales la azabache hablaba ondeaban a cada lado del auto, y esté, al ser un auto del gobierno no necesitaba de un número de matrícula para identificarlo, solo contenía las siglas del imperio.

—Nunca te interesaste por mi trabajo, pero llevo casi seis años trabajando para la corona -explicó Jennie- Si hubieras aceptado la oferta conmigo ya estarías ocupando un alto cargo, pero la señorita inconforme decidió estudiar abogacía y diplomacia en el extranjero...

T/n simplemente sonrió, ya después cuando Jennie estuviera en mejores condiciones se vengaria de esto. —¿Y para quién trabajas exactamente? ¿Eres chófer de algún secretario?

Jennie no respondió, la azabache iba a seguir discutiendo cuando justo frente a ella, totalmente majestuoso y alzándose en medio de montañas y el lago Washington se erigía el palacio imperial, residencia permanente de la familia imperial y la base gubernamental central del gobierno. Iniciando su construcción en 1886 y terminada en 1894, ocho años después, el palacio de mármol y madera de Quebracho azul seguía siendo tan imponente tal y como lo fue hace más de cien años, T/n admiraba toda la vista con asombro, llegando solo un par de minutos después hasta la reja principal, en dónde Jennie por medio del citofono válido su entrada a la residencia. La azabache condujo tranquila por las vías hasta llegar al jardín de la puerta principal.